Cuatro de cada diez vehículos circulan por las carreteras españoles con la ITV caducada, exponiéndose a recibir multas a partir de 200 euros y, sobre todo, representando un potencial peligro para la seguridad vial, como afirman constantemente desde AECA-ITV. Pasar los exámenes de la inspección técnica ayuda a detectar fallos en los sistemas de frenado, neumáticos y suspensión de los coches, además de problemas en los mecanismos para la reducción de emisiones contaminantes.
Cada pegatina de la ITV es válida para la fecha límite que está escrita en el distintivo, ni un día más ni un día menos, y es posible ir a renovarla un mes antes de que caduque sin perder días del nuevo periodo de vigencia. Al ir a actualizar la ITV y volver a pasar las pruebas para actualizar esta pegatina, los resultados pueden ser tres: favorable, desfavorable y negativo.
El primero es el único con el que se va a poder circular con normalidad, incluso si se tiene algún fallo leve que habrá que corregir a la mayor brevedad posible, en un máximo de dos meses (por ejemplo, tener una bombilla fundida). Los otros dos ya impiden la circulación.
Diferencias entre ITV desfavorable y negativa
Tener una ITV desfavorable significa que hay varios defectos graves (un retrovisor roto, se pierde líquido…) y el coche solo podrá utilizarse para ir de la ITV al taller y del taller a la estación de ITV con estas averías ya arregladas. En el caso de que los agentes de tráfico nos detengan conduciendo un coche con la ITV desfavorable fuera de estos dos recorridos, la multa será de 200 euros.
Si el resultado es una ITV negativa, las cosas empeoran ya que ni siquiera se podrá coger el coche para ir al taller: deberá llevarlo la grúa y quedará inmovilizado. En el caso de ser detectados circulando un coche con una ITV desfavorable la multa será de 500 euros y no habrá posibilidad de reducción por pronto pago.
Source: Coches