Los coches compartidos son una de las mil opciones que existen para resolver los problemas de la movilidad cotidiana. Seguro no son servicios utilizados de manera generalizada en España, pero sí que en las grandes ciudades tienen su nicho de mercado.
Por ejemplo, una de las empresas que operan en la capital española, Share Now, ya consigue acumular un total de 313.000 usuarios solo en Madrid. Barcelona también es una de las grandes ciudades donde existe una veintena de empresas de carsharing y en otras capitales como Zaragoza, Sevilla, Valencia o Málaga también es posible usar este tipo de vehículos compartidos por horas o minutos.
En el contexto europeo, los datos muestran que tras la subida del precio de los combustibles, las restricciones a la circulación de los coches más contaminantes con la creación generalizada de zonas de bajas emisiones, la crisis en la fabricación de nuevos vehículos y otra larga serie de factores, el carsharing ha crecido de media un 22% en usos en el mes de marzo y los registros de nuevos usuarios se han multiplicado por cuatro.
Sin embargo, en España el salto definitivo para cambiar del coche particular al coche compartido todavía no ha calado entre los conductores. Según el último estudio del Observatorio Cetelem, solo tres de cada diez conductores estarían dispuestos a ceder su coche particular para utilizar única y exclusivamente un modelo de carsharing.
Cierto es que la idea se toma más en consideración conforme baja la media de edad: de los 18 a los 24 años y de los 25 a los 34 años, un 35% y un 34% de encuestados sí cambiaría un vehículo en propiedad por este tipo de movilidad.
Por otro lado, tomando como referencia un estudio de la OCU que desvela que Sharenow, Free2Move y Zity son las plataformas de carsharing mejor valoradas por los usuarios de Madrid y Barcelona, un 3% de los 831 encuestados ya han decidido dejar de lado su coche particular para optar por los vehículos compartidos y un 19% está pensando en tomar esta misma decisión.
Ahorro de tiempo y dinero
Y es que los grandes beneficios del carsharing se organizan en torno al ahorro de tiempo y de dinero, dos factores determinantes en la vida de cualquier adulto. Los costes derivados de tener un coche en propiedad no se pagan en el carsharing: el seguro, el mantenimiento, el aparcamiento, el combustible y la electricidad… están incluidos en el precio que se paga por uso.
Pero además, en algunas ciudades como Madrid, los coches de carsharing pueden entrar en las zonas de bajas emisiones sin problemas (la mayoría son híbridos o eléctricos) y disponen de espacios de aparcamiento reservados, por lo que el tiempo de buscar estacionamiento deja de suponer un problema.
Así, en el Observatorio de Cetelem un 49% de los encuestados coincide en creer que los servicios de coches compartidos son la mejor solución de futuro para el medio ambiente y la mejora de la calidad del aire de las ciudades y el mismo porcentaje considera que es más barato utilizar el carsharing que adquirir un coche en propiedad.
Source: Coches