Sáb. Abr 27th, 2024

Entre finales de los años 70 y principios de los 80 culmina la última fase totalmente analógica en los deportes del motor, en la que sólo cuentan los pistones, los caballos y la mecánica en automóviles con poca electrónica y sólo dos ruedas motrices. La receta para obtener más potencia residía exclusivamente en los centímetros cúbicos, y por esta razón, en 1977, Peugeot, pensando en sustituir a los gloriosos 504 Berlina y Coupé en los rallies, preparó un prototipo bastante particular partiendo de la base del, por entonces nuevo, 305; una berlina de cuatro puertas de medianas dimensiones diseñada por Pininfarina y pensada para reforzar la gama y sustituir progresivamente al Peugeot 304.

Mecánica evolucionada

Así, comienzan con el desarrollo del que sería el 305 V6, y el proyecto prevé un chasi s robusto y una mayor batalla. Pero lo más interesante se escondía bajo el capó; un motor V6 de atmosférico con 2.5 litros de cilindrada y 24 válvulas procedente del Peugeot 604, debidamente trabajado para desarrollar un total de 250 CV. Estaba derivado del producido por PRV (proyecto conjunto de Peugeot, Renault y Volvo) y modificado directamente por Peugeot Sport, y con esta potencia, prácticamente doblaba las prestaciones del 305 GTX de serie (150 CV), una cifra que aunque pueda parecer escasa bajo los parámetros actuales, era más que suficiente para dotar de carácter deportivo a una berlina media de principios de los 80.

Cura de adelgazamiento

Para adaptarse a las formas y volúmenes del 305, el V6 se montó en posición retrasada, junto al habitáculo, y rebajada, para favorecer la distribución de los pesos y el centro de gravedad. Además, este vehículo era de propulsión trasera, mientras que el 305 de serie era de tracción delantera. En términos de diseño, excepto por los guardabarros ensanchados, las líneas del V6 son muy similares a las del 305 ‘de calle’. Sin embargo, gran parte de los elementos de la carrocería se sustituyeron por componentes de aluminio y materiales sintéticos con el fin de mantener el peso por debajo de los 900 kilos.

Se trataba, en conclusión, de un proyecto prometedor si no fuera porque, muy pronto, los programas deportivos de Peugeot se verían alterados por dos grandes novedades: la rápida difusión de motores con turbocompresor y la introducción, por parte de la FIA, del Grupo B.

El Grupo B trastoca los planes

La nueva categoría reina de los rallies, anunciada en 1980, no impone ningún límite de peso, potencia o tracción en el desarrollo de automóviles de carreras aparte de obligar a los constructores la fabricación de sólo 200 unidades de producción regular para vender al público.

Ante un cambio de reglamentación tan drástico, el entonces director de Peugeot Sport, Jean Todt, nombrado para relanzar la imagen deportiva de la marca, decide abandonar el proyecto 305 V6 y trabajar en algo totalmente nuevo: el futuro 205 Turbo 16. A principios de los años 80, el 305 era ya un producto asentado comercialmente, mientras que el 205, al que la empresa destina inversiones ingentes, es un modelo más importante estratégicamente. El éxito comercial del Peugeot 205 y sus cuatro títulos mundiales de rallies (dos de pilotos y dos de constructores) acabaron por dar la razón a Todt y a quienes, en aquella época, apostaron por seguir la senda del motor turbo y la tracción integral.

Del 305 V6 sólo existe una unidad

En cuanto al abandonado 305 V6, que durante algún tiempo se siguió desarrollando paralelamente al 205 T16, este nunca alcanzaría la fase de producción, cerrándose con la creación de un único y fascinante prototipo que actualmente forma parte de la colección del Museo Histórico de la marca y se expone periódicamente en eventos y salones internacionales dedicados a la historia de los deportes del motor.


Source: Coches

Share Button

por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *