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- Son los encargados de aportar amortiguación al disco de freno.
- ¿Sabrías reaccionar si te fallasen los frenos en la carretera?
Para garantizar la seguridad, es fundamental comprobar el estado de los frenos, más aún si se va a salir de viaje. De hecho, de cara al verano, es en esta parte del coche donde se producen más averías debido al aumento de las temperaturas. Aunque muy pocos saben reconocer las señales que los frenos en mal estado ofrecen , cuando se habla de fallo en esta parte del vehículo, muchos lo relacionan con el desgaste de los discos freno o la cantidad de líquido. Sin embargo, muy poco lo atribuirán a los bujes, unas piezas (casi) desconocidas para la mayoría de usuarios.
El disco de freno está unido a esta pieza circular que, de tener óxido acumulado o de estar mal montada, podría afectar directamente al funcionamiento del primero, evitando que gire de forma correcta, lo que supone un riesgo en la conducción. Se trata de la pieza encargada de aportar flexibilidad entre las partes movibles del automóvil, manteniendo el grado de control. También se encargan de minimizar la vibración, el desgaste y la transmisión de ruidos y evitar, así, el uso excesivo de las partes más caras del sistema de suspensión. Las hay de parillas, de brazo de rótula, de tensores y de barra estabilizadora.
Debido al papel crucial que desempeñan en la estructura del vehículo, es habitual que, con el tiempo, se desgasten y haya que proceder a su reposición. Normalmente, el coche suele avisar de esta erosión, ya que empieza a hacer unos ruidos extraños (chasquidos, golpes o crujidos durante la conducción), lo que significa que ya no están aportando la amortiguación necesaria. Cuando vayan a cambiarse, hay que limpiar la zona, para evitar que queden resto de óxido o suciedad. Si hay que reemplazar la mitad o más bujes puede ser conveniente cambiar todos los que tenga el vehículo.
Source: Coches
