Mar. Abr 16th, 2024

LUCÍA CARMONA CASTRO

  • El servicio de correos nació en Egipto en el año 2200 a.C con los mensajeros en canoas por el Nilo.
  • La búsqueda de alternativas de movilidad sostenible ha hecho que surjan nuevos medios de transporte como las furgonetas eléctricas o los drones.

Evolución del transporte en la mensajería

El 14 de abril Correos compró una flota de scooters eléctricas a la empresa Scutum para realizar sus repartos en las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. No es la única empresa de mensajería que está renovando sus medios de transporte: Google, Amazon, SEUR y MRW son algunas de las compañías que están apostando por la movilidad sostenible en los últimos tiempos.

Volver al uso de la bici, la moto eléctrica, el dron… los nuevos métodos de envío se encuentran en un estado de evolución continua que los hace distar mucho de los métodos tradicionales.

Y si no, que se lo digan al soldado griego Filípides, que tuvo que recorrer a pie 225 kilómetros desde Atenas hasta Esparta para entregar un mensaje de auxilio. La hazaña se convirtió en el falso mito de lo que hoy conocemos como maratón, ya que la leyenda popular dice que murió de fatiga tras haber recorrido 37 km desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria contra el ejército persa.

Así nació el sistema de correos

Para conocer el inicio del sistema de correos hay que remontarse al antiguo Egipto. En el año 2200 a.C, el faraón Pepi II (PDF) estableció un servicio permanente de mensajeros en canoas, cuyos informes iban y venían por el río Nilo.
Más tarde, en la dinastía Tchou, en el Imperio Chino, desde el 1255 a.C. al 1122 a.C., existió un sistema de correos (PDF) que poseía cinco rutas y 16.000 estaciones postales. Unos 70.000 mensajeros recorrían hasta 230 kilómetros diarios a caballo para entregar los mensajes.

Durante el Imperio Romano, con el emperador Augusto al mando, también se utilizó el caballo como medio de transporte de mensajería y, posteriormente, en la Edad Media, las palomas mensajeras surgieron como método de transporte complementario.

En 1505 nació el Correo Mayor de España gracias a Felipe I el Hermoso con el fin de organizar el transporte de la correspondencia entre las diferentes cortes del Imperio: España, los Países Bajos, Austria e Italia. El empresario de origen lombardo, Francisco de Tassis, fue el encargado de organizar este sistema (PDF: consultar páginas 1.785 a 1.795) basado en la existencia de correos a caballo y correos mayores: los primeros transportaban la correspondencia con un sistema de relevos entre las ciudades y los segundos administraban las postas y trataban de establecer alianzas.

Con el rey Luis XVI de Francia (PDF) se empezaron a utilizar las diligencias como medio de transporte de mensajería en todo el mundo, pero eran asaltadas con frecuencia por bandoleros. Prueba de ello fue el Pony Express, el servicio más rápido de mensajería y correos que tuvo la Unión Americana en el siglo XIX y del que salieron figuras legendarias como Buffalo Bill o Wild Bill. Aunque estos personajes terminaron como atracadores, inicialmente fueron jóvenes carteros atraídos por la oportunidad de aventuras y el dinero que les prometía ser jinetes del Pony Express.

La aparición del ferrocarril en 1832 fue una auténtica revolución para el transporte de correo. Aunque inicialmente fue tirado por caballos, lo sustituyeron las locomotoras de vapor en la segunda década del año 1800.
En España, se reservaron vagones solo para la mensajería que terminaron convirtiéndose en oficinas de correos ambulantes donde el personal clasificaba la correspondencia durante el viaje para poder entregarla con mayor rapidez en las estaciones intermedias.
Eran los llamados trenes correo, objetos codiciados de ladrones que buscaban interceptar dinero en metálico y otras posesiones antes de que llegasen a sus dueños.

Los barcos de vapor, hacia 1850, representaron un gran salto en la navegación fluvial y marítima porque permitieron transportar productos corriente arriba y a través de canales de agua que anteriormente eran inaccesibles por barcos de vela. El volumen de los paquetes creció junto con el tamaño de los barcos y así aparecieron los barcos correo que, poco tiempo después, también admitieron pasajeros.

La llegada de los camiones a comienzos del siglo XX, seguida por los aviones de carga, marcó un salto en la inmediatez con la que los productos llegaban a destino. El siglo XX se convirtió en el punto de inflexión para el transporte de mensajería y en él nacieron las empresas de transporte que actualmente utilizan métodos combinados para los envíos internacionales.

Movilidad sostenible

La contaminación atmosférica y la búsqueda de alternativas de transporte sostenible han provocado que las empresas de mensajería se adapten a los nuevos tiempos con nuevos medios de transporte y reciclando antiguos. Así, la bicicleta se ha vuelto a utilizar como medio de reparto y, con esta idea, han surgido nuevas empresas como “Envía en bici”, “Bicimensajeros por Soria” o “Mensos”. Empresas como SEUR y MRW también han querido apostar por la movilidad sostenible y cuentan con bicicletas en sus flotas de vehículos de reparto.

La economía colaborativa ha hecho que nazcan startups como Shipeer, empresa valenciana, que ofrece poner en contacto a personas que necesiten enviar algo de un lugar a otro y que deseen hacer esto compartiendo el maletero de su coche.

Las scooters tradicionales han abierto camino a las eléctricas como la Scutum 02. Empresas de mensajería como Correos, Ara Vinc y Jets ya las utilizan en España y Amazon lo hace en Londres. Con las furgonetas tradicionales se ha dado el mismo caso, SEUR ha cambiado algunas de ellas por eléctricas para realizar sus repartos.

En un futuro no muy lejano, los paquetes de Amazon y las cartas de Correos llegarán mediante drones, como ya anunciaron ambas empresas hace unos meses pero… ¿también a través de camiones autónomos? La respuesta es sí, y viene de la mano de Google. El gigante de Internet busca un nuevo reto que le siga al coche sin conductor, y este es el camión autónomo de Google (enlace de la patente) para repartir mensajería.
Los camiones contarían con una serie de casilleros bloqueados mediante un código PIN que sería enviado al cliente que debe recoger su paquete. De esta forma, el usuario recibe su pedido en el camión y puede acceder a él mediante su código, su tarjeta de crédito o un lector NFC, sin necesidad de mensajero.

El futuro del transporte de las empresas de mensajería ha llegado pero, si esto se lo hubieran contado a Hermes, el dios mensajero de la mitología griega, jamás se lo hubiera creído.

Source: Coches

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