El Citroën C3 ha sido desde hace tiempo uno de los modelos más populares de la marca francesa y, dada su importancia, la nueva generación debía estar a la altura y, al mismo tiempo, dar un paso sustancial en todos los aspectos. Y esto es precisamente lo que ha querido conseguir Citroën con su nuevo C3, un modelo que estrena un diseño completamente distinto, más robusto, más moderno, más actual y, al mismo tiempo, conserva muchos de los atributos que lo hacen interesante para el público; como su tamaño compacto o su relación calidad-precio.
Es por ello que hasta Viena (Austria) nos hemos desplazado para probar el nuevo modelo galo en sus dos versiones (de momento, porque más adelante llegará una variante eléctrica más asequible y con menos autonomía y un microhíbrido con etiqueta Eco); un 100% eléctrico ë-C3 y un gasolina de 100 CV (etiqueta C).
El nuevo C3, en cifras
Con 4,1 metros de largo, 1,75 de ancho y 1,57 de alto, el nuevo C3 es compacto, pero con un tamaño justo para cinco ocupantes en su interior; que por anchura quizá sufran más que por espacio para las piernas, que es bastante correcto.
Citroën ofrece el C3 en dos acabados: You como acceso y Max como tope de gama. El primero de ellos, que es el que viene ‘pelado’, no tiene ni pantalla de infoentretenimiento; en su lugar encontramos un soporte para nuestro teléfono móvil, que hará las veces de sistema multimedia a través de una aplicación dedicada. Además, el volante es de plástico, los plásticos duros recorren todo el habitáculo, el color exterior es único, no es bitono como en el Max, los asientos de tela tienen los reposacabezas integrados, la moldura del salpicadero es de plástico en lugar de textil, tiene tapacubos y los elevalunas traseros son de manivela. A cambio de esto, el precio de partida por un motor gasolina PureTech de 100 CV en acabado You es de 14.990 euros.
Por otro lado, el acabado Max ya cuenta con pantalla central táctil de 10,25 pulgadas, asientos Advanced Comfort, molduras textiles, superficies blandas, cambio automático, volante en piel sintética, elevalunas traseros eléctricos, llantas, etc.
Dos mecánicas a la espera de otras dos
En términos mecánicos, de momento la oferta de traduce únicamente en dos: el eléctrico y el gasolina. El gasolina, como ya hemos mencionado, es un PureTech de 100 CV de potencia y cambio manual; aunque esta vez viene con cadena de distribución en lugar de correa, algo que se hartaron a repetir, no sabemos muy bien por qué… (sí lo sabemos). Por su parte, el ë-C3 100% eléctrico cuenta con una potencia de 113 CV y una batería de 44 kWh que le permite homologar 320 kilómetros de autonomía. Su velocidad máxima está limitada a 135 km/h y, una vez se descargue, puede pasar del 20 al 80% de su capacidad en sólo 26 minutos a su máxima potencia de carga: 100 kW.
El precio de esta variante cero emisiones arranca en España en 23.300 euros sin ayudas, por lo que si sumamos los 7.000 euros del Plan Moves III ya estamos hablando de 16.300 euros. Y ahí todavía se pueden quitar cosas como el IRPF por ser eléctrico (3.000 euros).
Opinión tras un primer contacto
Ahora bien, tras haberlo probado, ¿merece la pena? Pues para nosotros, al menos en esta primera toma de contacto, sí. Porque es bastante más coche que, por ejemplo, el Dacia Spring (arranca en 21.765 euros sin ayudas); tanto en tamaño como en prestaciones (113 CV en lugar de los 65 CV del Dacia) o calidad interior. Con sus 113 CV y su reducido peso, lo cierto es que el ë-C3 se mueve con bastante soltura y responde mejor de lo esperado, algo a lo que también contribuye una suspensión con un tarado algo más firme de lo que suelen ofrecer los Citroën, y que se agradece cuando circulas por carreteras de curvas.
También nos gustó el espacio interior, ya que, pese a ser un coche del segmento B-SUB, ofrece bastante habitabilidad, tanto delante como detrás, así como un maletero que correcto de 310 litros. En el acabado Max incluso tiene dos salidas USB-C en la parte trasera o bolsillos para los smartphones en los respaldos de los asientos delanteros; así como los últimos sistemas de ayuda a la conducción de Citroën.
En el apartado negativo, la calidad de algunas zonas podría mejorar, con plásticos duros que rebajan algo las sensaciones. Pero, al fin y al cabo, es un coche económico y, como tal, no podemos pedirle que tenga los acabados de un SUV Premium.
En definitiva, el nuevo Citroën C3 y ë-C3 es un coche que cumple con lo que promete, un coche sincero que viene par tratar de acercar la electromovilidad a más gente y, al mismo tiempo, no olvidarse de aquellos que aún no están preparados para dar el salto pero que no quieren, o no pueden, gastarse 30-40.000 euros en un coche nuevo. Y con esto en mente, Citroën no sólo nos parece que lo ha logrado, sino que, además, todavía tiene que traer dos variantes que seguramente sean las que más se vendan: el gasolina con microhibridación y etiqueta Eco de la DGT; y el eléctrico de menor autonomía pero precio aún más asequible.
Source: Coches