Dom. Ene 19th, 2025

Hace 25 años, Porsche celebraba el estreno mundial del primer GT3, un 911 nunca visto hasta el momento. Este vehículo deportivo para puristas sigue entusiasmando todavía hoy a los amantes de la marca, incluido el conocido propietario de la primera unidad

»Para mí es como un viaje en el tiempo», afirma Walter Röhrl, bicampeón del mundo de rallies y embajador de Porsche. Tiene ante sí un 911 GT3 (996) impecable en versión Clubsport. Se trata del primer 911 GT3 fabricado. Exactamente aquella unidad en color plata Arctic metalizado que se utilizó para su presentación mundial en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1999. Y, por si fuera poco, la matrícula del coche hace alusión al piloto: S-WR 996.

Le sienta como un guante

Röhrl se acomoda en el asiento envolvente de Nomex resistente al calor y a las llamas. A sus 77 años, el alemán de 1,96 metros de estatura sortea con habilidad la jaula antivuelco al acceder al interior. »Es increíble lo vertical que está el volante», constata. Su mirada experta analiza la característica instrumentación con cinco relojes redondos. »Fantástico», dice. »El primer GT3 era entonces el Porsche de carretera más deportivo. No existía un coche más honesto y purista».

Un coche de carreras homologado para calle

Mientras la marca de Zuffenhausen marcó a partir de 1997 nuevos hitos en cuanto a confort, seguridad y eficiencia en la quinta generación del 911 Carrera (996), por primera vez refrigerado por agua, el GT3 estaba dirigido conscientemente a los clientes más orientados a la competición. La denominación del modelo viene de la categoría GT3, en la que participaban versiones con un cierto nivel de preparación. »En aquella época, yo trabajaba en Porsche con Roland Kussmaul», recuerda Röhrl, que participó en el desarrollo del GT3. »Su idea y la de los demás ingenieros responsables estaba clara: querían crear un coche de carreras homologado para calle». Este concepto de derivados del 911 marcadamente deportivos dio pie a una exitosa tradición en Porsche que hoy sigue vigente. Los modelos GT son, desde entonces, la vanguardia deportiva de la gama 911.

En 1999, el GT3 marca la diferencia respecto a las versiones del 996 más ‘de calle’ con un aumento considerable de la potencia, 60 CV más para llegar a los 360 CV, unido a unos retoques selectivos en el chasis y la carrocería, y a la renuncia a algunas funciones de confort para contener el peso. El motor atmosférico refrigerado por agua sigue siendo en la actualidad una característica distintiva de todas las generaciones del GT3, al igual que el alerón trasero desplegable, que inicialmente era fijo. »Cada milímetro del coche está pensado para obtener el máximo rendimiento», anunciaba Porsche en su día en un catálogo de su versión más deportiva del 911. »En el GT3, la forma sigue a la función, y a la función le sigue el disfrute al volante, una experiencia de conducción heredada directamente de la competición».

Röhrl vuelve a ponerse a los mandos

En su primer contacto tras más de dos décadas, Walter Röhrl se volvió a sentir inmediatamente como en casa al sentarse al volante del GT3 Clubsport. Nada más girar la llave de contacto, se escucha el típico traqueteo del volante de inercia monomasa. Röhrl se ríe: »Si no lo conoces, puedes pensar que el motor está estropeado», y el campeón de rallies empieza a contar su historia. »Con un GT3 de la generación 996 establecimos un récord en el trazado Nordschleife de Nürburgring: ¡7:56 minutos!». Fue la primera vez que se logró rebajar la marca de los 8 minutos con un 911 homologado para calle. »En su momento, el coche causó furor», resume Röhrl, »y en todos estos años no ha cambiado ni un ápice esa fascinación».


Source: Coches

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por admin

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