Vie. May 17th, 2024

Aunque el número de vehículos eléctricos está creciendo durante los últimos años, todavía dista mucho del objetivo que se ha marcado España de 5 millones y medio para 2030. La falta de infraestructura o sus elevados precios son los principales impedimentos para su despegue, pero también ciertas creencias que giran en torno a su mantenimiento y sus averías. De hecho, el 44 % de los conductores rechaza la compra de un vehículo eléctrico por considerar que necesitará más mantenimiento que un coche dotado de motor de combustión, ya sea gasolina o diésel, según GIPA. Para tratar de arrojar algo de luz al tema, y de la mano de algunos datos registrados por cadenas de talleres como Norauto, estas son diez verdades y mentiras sobre el mantenimiento y averías de este tipo de vehículos.

1. Más revisiones que los de combustión. Falso.

En principio, se tienen que realizar en un eléctrico las mismas revisiones que un vehículo térmico, aunque su frecuencia va a depender de la marca, los kilómetros recorridos y el tiempo transcurrido desde su matriculación. Por supuesto, se revisan diferentes elementos en función de los factores anteriormente detallados, y es el fabricante quien determina qué hay que revisar y cuándo; aunque se suele recomendar realizar una revisión al año.

2. No necesitan de una puesta a punto. Falso

Debido a las peculiaridades de este tipo de vehículos, la revisión y puesta a punto es algo diferente respecto a los coches de combustión, pero esto no quiere decir que no sea necesaria. Debería comprobarse el refrigerante del motor eléctrico y la batería, una inspección visual del cable de carga, así como de los propios cables y fundas que recubren los de alta tensión; mirar el pack de baterías (si es accesible), el estado del conector de carga y realizar algunos controles técnicos para conocer el estado de salud de la batería de alta tensión.

3. El mantenimiento es más caro. Falso

De hecho no, al contrario, pues carece de elementos que sí se cambian o revisan en un coche con motor térmico como: aceite de motor, filtros, correas, o bujías por ejemplo. Al final, el motor eléctrico de un coche no dista mucho del que lleva el taladro que tienes por casa… Son realmente simples.

4. Se averían más que los diésel o gasolina. Falso

No hay motivo para que sufran más averías, todo lo contrario. De hecho, los eléctricos puros o la parte eléctrica de los híbridos sufren menos averías si se compara con un motor de combustión según diferentes estudios.

5. Los neumáticos se gasta más. Falso

Los neumáticos de los automóviles eléctricos están preparados para soportar ese peso extra (unos 500 kilos más, de media), aunque sí es cierto que deberán colocarse gomas específicas, que a veces son más caras.

6. Su ITV es menos exigente. Falso

Hasta la fecha no hay una normativa específica para la Inspección Técnica de Vehículos referente a automóviles eléctricos aunque sí prestan atención especial a este tipo de vehículos. Por lo tanto, hasta el momento se rigen por la misma normativa de inspección y no hay puntos de control específicos para ellos. Por supuesto, los eléctricos no se someten a la prueba de emisiones, aunque los híbridos e híbridos enchufables (también con etiqueta Cero) sí que tienen que hacer la de ralentí.

7. Los talleres no están preparados. Falso y cierto

Es cierto que no todos los talleres en España están listos, y de ahí la importancia de acudir a aquellos que sí lo están, que son bastantes. Sin embargo, hay que recalcar que para trabajar con vehículos eléctricos no vale con ser un mecánico más, se ha de tener una titulación específica donde se enseñan los riesgos y cómo trabajar con las baterías de alta tensión, que son realmente peligrosas de manipular sin el debido conocimiento. Y es que los mecánicos deberán disponer de guantes aislantes, elementos de señalización, herramienta de mano aislada de 1000 voltios y una zona específica con la maquinaria adecuada para este tipo de vehículos.

8. La avería más frecuente y costosa es la batería. Cierto

La batería y los conectores de carga se encuentran entre las averías específicas más habituales en vehículos eléctricos, un mal elemento para estropearse, dado su elevado coste y complejidad de sustitución. Por supuesto, al igual que los vehículos gasolina o diésel, suelen requerir cambios en las luces, sustitución de frenos y neumáticos, cambio del filtro del habitáculo…

Los fabricantes suelen ofrecer una garantía de aproximadamente 8 años o 160.000 kilómetros. Sin embargo, y dado que la edad media del parque móvil en nuestro país se sitúa ya por encima de los 14 años, no parece que vayan a convencer a muchos compradores ofreciendo casi la mitad de vida garantizada… Con el paso de los años, sus componentes se van deteriorando y su capacidad de almacenamiento va disminuyendo. Además se espera que la futura norma Euro 7 obligue a los fabricantes a garantizar una capacidad mínima durante los primeros 5 u 8 años.

9. Se ven más afectados por las temperaturas. Cierto

Es algo que se ha podido comprobar recientemente en Estados Unidos, donde se ha detectado un mayor agotamiento de las baterías por las bajas temperaturas. Las temperaturas extremas afectan a cualquier tipo de batería y, por lo tanto, las baterías de los vehículos eléctricos no son ajenas a esta circunstancia. El calor extremo y, sobre todo, el frío extremo, merman su capacidad, además de que en ambos casos deberemos hacer uso de la climatización del vehículo, reduciendo así todavía más la autonomía.

10. Puede estropearse si se descarga al 100%. Cierto

Los coches suelen avisar con antelación suficiente de que no hay batería para que el usuario localice un punto de carga. Si no se hace, el automóvil puede quedarse inmovilizado. Esta es una situación poco recomendable, ya que esto supone que la batería se ha descargado por completo y, por tanto, se puede dañar su capacidad y acelerar su deterioro. Si esto ocurre en multitud de ocasiones, se irá perdiendo autonomía y se reducirá su vida útil.


Source: Coches

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por admin

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