Casi todos los elementos de nuestro coche son importantes de cara al correcto funcionamiento del mismo, y no iba a ser menos si nos referimos al limpiaparabrisas. Este instrumento es vital para nuestro coche, sobre todo, en los días donde la lluvia, el granizo o la nieve son protagonistas en los distintos puntos de España.
Su principal objetivo es limpiar la luna delantera y trasera para obtener una visión óptima en el momento que conducimos por las carreteras españolas. Esta función evitará accidentes que pueden desencadenar problemas en el tráfico y en la vida de las personas que van al volante.
No activarlo cuando haya mucha suciedad en el cristal
Uno de los fallos más comunes y graves que realizan los conductores de nuestro país es activar los limpiaparabrisas cuando existe una gran cantidad de suciedad en el cristal. Esto es un fallo que podría poner en peligro el correcto funcionamiento del elemento, puesto que puedes deteriorar las escobillas y, además, dañar el cristal. Por ello, lo más recomendable es limpiar el cristal a mano y, una vez limpio, dar el último repaso con el limpiaparabrisas en cuestión.
¿Qué pasa si no sale agua del limpiaparabrisas?
El acto de querer activar el limpiaparabrisas y que este no expulse el agua o líquido especializado nos ha ocurrido al menos una vez a lo largo de nuestra vida. Por ello, os vamos a explicar por qué sucede este escenario y qué debéis hacer para que no os vuelva a ocurrir.
La primera causa podría ser por el depósito vacío. Por ello, tocará comprobarlo: con el motor en frío, debemos de levantar el capó y abrir la tapa azul colocada a nuestra derecha (tendrá dibujado el limpiaparabrisas). Una vez localizada, observaremos si le falta líquido o no. Si está próximo al fondo, debemos de rellenar el depósito para que vuelva a salir el agua o líquido limpiacristales.
La segunda causa más común es la fuga del líquido que va desde el depósito hasta los difusores de nuestro coche. La mejor forma de comprobarlo sería rellenando el depósito y, después de un tiempo, volver a mirarlo para saber si sigue al mismo nivel o, de lo contrario, se ha ‘fugado’. Para una comprobación más exhaustiva, debemos de observar el suelo, por si hay charcos, o palpar los manguitos del circuito para intentar localizar la fuga. La solución más eficaz ante una posible rotura es cambiar el elemento en tu taller de confianza.
Una obstrucción del circuito podría ser también una de las causas por la que no sale hacia la superficie el líquido en cuestión. Esta acción no es muy común, pero sí es posible que se acumule cierta suciedad en el depósito o haya algún atasco en los manguitos o boquillas, por lo que es recomendable utilizar aire comprimido para remover dichas partículas y limpiar con abundante agua para desatascar la zona.
Problemas en el circuito eléctrico
Por último, la cuarta y definitiva causa por la que puede fallar nuestro sistema de limpiaparabrisas es debido a un fallo eléctrico. Dentro del sistema, hay varios elementos que pueden salir afectados y que vamos a explicar a continuación: el primero de ellos es la bomba de agua, la cual está conectada a la parte inferior del depósito. El problema de funcionamiento llega cuando al conectar el limpiaparabrisas se nota un pequeño ruido (zumbido), esta señal nos ‘chiva’ que tenemos que cambiar la bomba de agua.
El segundo elemento que puede afectar a nuestro limpiaparabrisas es el fusible del circuito eléctrico. Si la energía no lleva como debería al sistema, simplemente deberás de cambiar el fusible para que esta vuelva a funcionar correctamente. Habría que localizar el fusible fundido y cambiarlo. Por último, si no encuentras el error después de haber buscado lo suficiente, es sinónimo de que tendrás que trasladar tu coche hasta tu taller de confianza.
Source: Coches