Mitsubishi dio el salto definitivo a la tecnología híbrida con uno de sus grandes estandartes: el Outlander, un SUV con muchos matices de todoterreno que hoy, tras varias evoluciones, cuenta con una imagen imponente y un sistema de propulsión que se sirve de un motor gasolina de 2,4 litros y 135 caballos y otros dos eléctricos, uno situado en cada eje, para aportar una potencia total de 230 CV.
Sus 4,7 metros de largo y su altura de algo más de 1,7 metros ya adelantan que en el interior no va a faltar sitio para ninguno de los cinco ocupantes, como así sucede, y además el maletero de 500 litros tiene cabida para casi todo. Debajo del suelo plano de este, por cierto, está el cable de carga para el motor eléctrico. La conexión es sencilla, se sitúa en la boca opuesta a la de gasolina y en poco más de 5 horas, en una red doméstica, ya está cargado.
El acabado Kaiteki+ es el más alto de la gama, y por tanto el ambiente interior es magnífico, con tapicería y detalles en piel que le dan categoría. La posición de conducción es alta, se controla todo a la perfección, y el asiento muy cómodo.
Antes de movernos echamos un vistazo al sistema de infoentretenimiento con pantalla de 8”, que entre otras muchas cosas permite visualizar y controlar el funcionamiento del sistema híbrido. La pantalla táctil responde rápido y bien, pero no tiene navegador, lo cual se suple sin problemas con los sistemas compatibles Apple CarPlay o Android Auto si disponemos de smartphone, claro.
El mando que maneja el cambio automático, que no tiene marchas escalonadas al ser de variador continuo, es ergonómico y se gestiona con facilidad. A su lado está el pulsador “EV”, para priorizar el funcionamiento eléctrico –con un tope de 135 km/h de velocidad máxima–, y también el que activa la carga o salvaguarda (para cuando sea necesario) de la energía eléctrica.
La autonomía del Outlander es de 54 kilómetros en modo eléctrico, en general más que suficiente para los desplazamientos diarios dentro de una ciudad como Madrid, y como tiene etiqueta “Eco” es un gustazo aparcar en cualquier zona sin pagos ni limitaciones.
En marcha el motor eléctrico es el “órgano predominante” del Outlander, y por eso el arranque es suave y silencioso. No hay que ocuparse de nada, y circular por ciudad es muy agradable. Nuestro recorrido, por supuesto, nos hizo salir de la urbe, y en autovías y carreteras el motor de combustión toma mayor protagonismo, aunque nunca del todo porque la energía eléctrica está siempre presente. Teníamos dudas sobre cómo se comportaría dinámicamente el Outlander por su peso de casi dos toneladas, pero el coche tiene equilibrio, va bien asentado y nunca falta potencia, lo cual mejora con el modo Sport, que saca jugo a la tracción total en carreteras sinuosas.
Además de la posición “D” para la marcha, el cambio puede pasarse al “B” para la recuperación de energía, y las levas del volante regulan con qué intensidad lo hace en seis niveles. Con todo, y con un uso razonable, la autonomía media del Outlander PHEV supera claramente los 600 kilómetros.
Como último apunte, el precio. Si bien con este acabado Kaiteki+ el precio base es de 49.700 euros, la marca lo oferta por 39.025 euros con descuentos y financiación incluidos. Además, hasta finales de julio Mitsubishi tiene un acuerdo con Endesa para la instalación de un punto de recarga de 16/32 amperios monofásico (sujeto a una serie de condiciones) de manera gratuita.
Motor: híbrido enchufable (gasolina).
Potencia (kW/CV): 169/230.
Cambio: Automático.
Largo (mm): 4.695.
Ancho (mm): 1.800.
Alto (mm): 1.710.
Maletero (litros): 498.
Velocidad máxima (km/h): 170.
De 0 a 100 km/h (seg.): 10,5.
Consumo medio (l/100 km): 1,8.
Emisiones CO2 (gr/km): 40.
Precio (euros): 49.700 (sin descuentos).
Source: Coches