Aquí podemos observar como el ingenio y la física pueden ayudar a reparar esas molestas abolladuras que se producen en las defensas de nuestros vehículos. Suponemos que este tipo de ‘magia’ funciona solamente en las partes plásticas de nuestros coches, al fin y al cabo siempre nos quedará la dolorosa visita a un carrocero.
Source: Coches