El coronavirus está siendo letal para todos los sectores productivos y, por supuesto, el del automóvil tampoco se libra de esta situación tan delicada.
No solo hablamos del cierre de fábricas, en España un total de 17 plantas han cesado su producción con una lista interminable de ERTE, o del cierre temporal de talleres y de servicios oficiales, sino también del impacto tan devastador que van a sufrir aquellas marcas que se encuentran en pleno lanzamiento de nuevos modelos.
En este escenario tan dramático ponemos el foco en dos marcas como Volkswagen y Seat. Y lo hacemos porque ambas están inmersas en la puesta en escena de coches tan importantes como son el Golf de octava generación, en el caso de la firma alemana, o del nuevo León en el de la marca de Martorell, auténticas columnas vertebrales de sus respectivas gamas.
Previsto el inicio de su comercialización para el próximo mes de abril, los tiempos que corren no son ni mucho menos los mejores. La importante y previsible caída de la demanda, debido a las pocas ganas que cualquier usuario tiene ahora por cambiar de coche, les van a poner contra las cuerdas.
Un contratiempo significativo para dos compactos que, auténticos líderes de su segmento y devoradores de ventas, sufrirán el azote pintado por el coronavirus en su llegada al mercado.
Precisamente el lunes pasado debería haber comenzado en Barcelona la presentación dinámica a periodistas de todo el mundo del nuevo Seat León, actividad que como es lógico ha tenido que ser cancelada por fuerzas de causa mayor.
Pero no solo los nuevos Volkswagen Golf y Seat León se van a ver perjudicados. Otros modelos de reciente factura y con tanto peso en el mercado como por ejemplo el Opel Corsa, el Renault Captur o el Peugeot 208, que acaban de iniciar su comercialización, no se librarán de la situación generada por la pandemia.
Source: Coches