El aspecto exterior de un coche dice tanto de su dueño como el propio aspecto físico. La carrocería y la pintura de un vehículo deben recibir tanta atención como la que se le dedica a la mecánica, ya que un deterioro del exterior puede repercutir en el exterior y, por supuesto, en el precio de venta si se quiere sacar el automóvil al mercado.
Hay varios agentes y factores que pueden perjudicar a la pintura de un coche y, por tanto, atacar la carrocería. Pese a que el invierno da la sensación de ser mucho más peligroso en este sentido que el verano, ambas estaciones repercuten negativamente en el exterior de un vehículo.
Los agentes y fenómenos que más afectan a la pintura y a la carrocería (en el caso de haya un desperfecto y la chapa haya quedado al aire) de un coche son:
Para prevenir la corrosión hay que prestar atención a dos aspectos fundamentales: el estado de la pintura y la limpieza exterior del vehículo. Los arañazos y rasguños en la pintura dejan al descubierto la carrocería, mucho más sensible a la corrosión y al óxido.
Y la mejor manera de evitar que la chapa se oxide es mantener el coche limpio y libre de agentes corrosivos, por eso es importante limpiarlo de manera habitual, sobre todo en invierno tras las nevadas (debido a la presencia de sal en las carreteras) y en verano, después de haber estado en la costa especialmente.
Para que la pintura, igualmente, no se deteriore y siga cumpliendo con su función protectora, hay que cuidarla con productos adecuados. Una vez limpio el coche y eliminadas todas las partículas, es muy aconsejable aplicar una cera o abrillantador que proteja el color del vehículo. Recuerda, también, utilizar un paño de microfibra suave y secar bien toda la superficie.
Source: Coches