Los cambios no son profundos en general, pero el resultado es bastante aparente, como procede en coches de tan marcada naturaleza deportiva. Las proporciones se mantienen, aunque la carrocería Sportback, más polivalente con sus 5 puertas, tiene mayores cotas que la del Coupé: 60 mm más de longitud y distancia entre ejes, 27 mm en altura, y también más capacidad de maletero, 430 litros frente a 410.
Estéticamente ambas versiones cuentan con una parrilla frontal más ancha y alargada, además de una rejilla en negro brillante que marca la diferencia con respecto a los A5 convencionales. También las tomas de aire son diferentes y ganan en tamaño para mejorar la refrigeración, mientras que los pasos de rueda se han ensanchado 15 mm en cada lado para hacerlo aún más “musculoso” y deportivo. Los potentes faros matriciales por Led son de serie y las llantas tienen un tamaño de 20 pulgadas.
Los cambios de la parte trasera afectan sobre todo al paragolpes y al voluminoso difusor, cuya forma se adapta a la doble salida de escape que hay a cada lado.
Por dentro el ambiente es tan deportivo como lujoso y vanguardista. Dispone de volante y asientos deportivos, la tapicería de serie es de cuero y Alcantara con costuras en color, encontramos detalles en aluminio y las siglas “RS” en diferentes puntos, y las levas que controlan el cambio en el volante son más grandes.
Como es tendencia, la digitalización es importante, con una pantalla de 12,3 pulgadas para la información del cuadro de instrumentos y otra para el sistema de control MMI Navegación plus, en este caso de 10 pulgadas. Dicho sistema tiene un apartado específico para el RS, que entre otras cosas aporta datos sobre la temperatura del motor y el aceite, el consumo, fuerzas G y hasta un cronómetro para medir tiempos en circuito, por ejemplo.
El propulsor sigue siendo el mismo que hasta ahora, un contundente 6 cilindros en V de gasolina con 2,9 litros de cubicaje, doble turbo y 450 caballos de potencia. Se combina con un cambio tiptronic de 8 velocidades que se ha calibrado para las prestaciones del modelo, y como siempre el sistema de tracción total quattro asegura una óptima transmisión de la potencia al suelo. Gracias a su diferencial central, el eje trasero puede asumir el 85% de la potencia.
El Audi RS 5 es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 3,9 segundos y alcanzar los 250 km/h, unas prestaciones que han requerido también un calibrado más enérgico de la suspensión, que es un 15% más rígida que el S5 (la versión deportiva intermedia entre el A5 y el RS 5).
Como otros modelos de la gama, Audi ofrece la función drive select, que permite elegir entre tres modos de conducción, comfort, auto y dynamic, además de otros dos configurables al gusto de conductor, RS1 y RS2, que se pueden activar desde un botón en el volante sin pasar por el sistema de control MMI cada vez que lo queramos elegir. Estos modos ajustan el motor, la transmisión y el sistema de tracción, entre otras cosas, al tipo de conducción.
El precio de los nuevos RS 5 parte de los 105.090 euros, pero la cifra se puede incrementar de forma notable si se recurre a determinados elementos opcionales que los hacen aún más deportivos y tecnológicos, como el paquete de velocidad (para llegar a los 280 km/h), la suspensión RS sport plus con sistema Dynamic Ride Control para minimizar el balanceo de la carrocería, los potentes frenos carbocerámicos, el diferencial trasero, los faros matriciales con tecnología láser o llegar a los 30 sistemas de ayuda a la conducción.
Source: Coches
