EFE
- Ha recorrido la distancia que separasu pueblo de Zaragoza de la ciudad alemana donde estaba de Erasmus.
- Ha recaudado más de 1.100 euros.
- Sus momentos más duros los ha vivido en los Alpes y en los Pirineos.
Beatriz Bacarizo ha finalizado la aventura solidaria de recorrer en bicicleta los cerca de 2.000 kilómetros que separan la localidad alemana de Passau y Calatayud, Zaragoza, cansada pero satisfecha, por haber contribuido a la lucha contra la leucemia.
Bacarizo decidió un día que el viaje de regreso a su casa (en realidad su pueblo es Orera, que dista 19 kilómetros de Calatayud) desde la localidad donde se encontraba estudiando con una beca Erasmus lo iba a realizar en bicicleta con el fin de recaudar fondos para luchar contra la leucemia, algo que ha realizado en colaboración con la Asociación contra la Leucemia de Passau y la Fundación Josep Carreras.
Partió el pasado 30 de julio desde Passau y hoy ha llegado a Calatayud tras ir reflejando las impresiones y fotos de su viaje en la página web de internet yellowbilliardball.wordpress.com, en donde también se puede obtener información sobre la recogida de donativos.
El objetivo de la campaña era recaudar un euro por cada kilómetro recorrido y hasta el momento la cifra recogida es de 1.164, aunque el plazo de donación permanecerá abierto once días más.
Además, habrá que sumar la cantidad recogida en la comida solidaria que ha organizado su pueblo natal, Orera, como paso previo a su llegada a Calatayud.
Al principio del viaje esta estudiante universitaria de Traducción e Interpretación se marcó tres retos, el primero llegar a casa «sana y salva», el segundo «realizar en menos de un mes los 2.000 kilómetros«, y el tercero, y que es la base de una aventura solidaria, «ayudar a una buena causa como es descubrir una cura para la leucemia«.
Para esta joven, más importante que el dinero recaudado es que la sociedad «se dé cuenta de que existe la enfermedad e intentar ayudar a que mejore la situación», según ha explicado.
Beatriz ha explicado que los primeros días fueron los más duros porque aunque está acostumbrada a ir en bici, ya que practica triatlón, se le acumularon muchos kilómetros en las piernas, pero que una vez acostumbrada no ha tenido mayores problemas.
Igualmente destaca como momentos más duros cuando tuvo que atravesar los Alpes en la zona de Interlaken, ya que había mucho desnivel y además hacía mal tiempo y llovía, y también en los Pirineos, en el Puerto del Cantó, que le costó ascender tres horas y media y que lo hizo con 38 grados de temperatura.
Source: Coches