A la hora de emprender un viaje por las carreteras de España en verano, es esencial el uso del aire acondicionado dentro del coche para que la estancia sea agradable, por esta razón, debemos saber que es muy importante que se encuentre en buenas condiciones antes de comenzar la marcha.
Por tanto, es recomendable llevar a cabo una revisión de este elemento antes del comienzo de los meses estivales. Además, es preciso conocer las averías que pueden tener el aire acondicionado y la solución a estos fallos, ya que, con ello, nos ahorraremos tiempo de respuesta.
¿Qué fallos se pueden producir en tu aire acondicionado?
En primer lugar, es posible que exista un fallo derivado por el gas refrigerante, es decir, que no llegue el suficiente debido a que hubiera una fuga de gas en el depósito o en los conductos. También es frecuente que ocurra un error en el fusible que da energía al aire acondicionado.
Por otra parte, se pueden producir fallos en los filtros del aire para que llegue al habitáculo, y, por tanto, se taponen. Por último, es muy común que el compresor de aire acondicionado falle, por lo que el gas no pasará al estado líquido y el aire que pasa por los conductos no se enfriará.
¿Cómo se pueden solucionar estos fallos?
La gran mayoría de estas averías comentadas en las líneas anteriores se producen por una falta de mantenimiento del coche, además de que no se limpia de forma adecuada el sistema del aire acondicionado.
Por esta razón, es muy importante que antes de los meses estivales acudir a un taller para realizar una revisión completa del aire acondicionado, es decir, de las piezas que puedan ocasionar estos fallos frecuentes, como son las entradas exteriores de aire, el gas refrigerante, los fusibles, la válvula de expansión o los conductos.
¿Consume más el coche con el aire acondicionado puesto?
Estos sistemas se caracterizan por consumir energía que produce el coche, debido a que este proceso cuenta con rodamientos, elementos de trasmisión o resistencias, que necesitan alimentarse de una fuente de energía. Por tanto, en nuestro vehículo, el aire acondicionado se basa del motor para poder funcionar, por lo que se depende del combustible a la hora de enfriar el habitáculo.
El consumo gasolina o diésel, así como de las baterías en los coches eléctricos, aumentará en la mayoría de los casos. Pero, este incremento puede llegar hasta el 20% en el peor de los escenarios. Lo más común es que solo se eleve en torno al 5%, por lo que en la práctica supone unas pocas décimas de litro a los 100 kilómetros de recorrido.
Este consumo variará dependiendo la potencia y el tiempo que esté en funcionamiento del aire acondicionado. Si, por ejemplo, lo ponemos a una temperatura más baja y a la potencia máxima, puede llegar a aumentar el gasto en combustible hasta en un litro a los 100.
Source: Coches