Jue. Nov 14th, 2024

Aunque las alergias son propias de la primavera y aún falta mes para que esta empiece, el periodo que más temen los casi 14 millones de españoles que sufren alguna de estas variantes alérgicas ya ha comenzado. Este año, debido a las condiciones climáticas dadas, con poca lluvia y mayor presencia de polen en el ambiente, ya han comenzado a darse casos de ataques de alergia con todas las consecuencias que esto conlleva.

Uno de los efectos negativos de padecer alergias es la incompatibilidad de las mismas con la conducción. Se calcula que el riesgo de sufrir un accidente de tráfico si se es alérgico es un 30% mayor que en condiciones de salud habituales. Son sus síntomas más habituales (estornudos, lagrimeo, moqueo, congestión…) los que impiden conducir con normalidad y, por ende, con seguridad.

Al comenzar, por ejemplo, una secuencia de estornudos propia de un pico de alergia, se tiende a recorrer más de 100 metros a ciegas por la carretera, dependiendo de la velocidad de circulación. El lagrimeo y la hipersensibilidad a la luz empeoran notablemente, al mismo tiempo, la visibilidad al volante y el gesto inconsciente de frotarse los ojos obliga al conductor a separar las manos del volante.

Por otro lado, como explican desde el comparador de seguros Acierto.com, la mitad de los alérgicos sufre alteraciones del sueño y hasta 2 de cada 5 de los que tienen rinitis experimentan somnolencia diurna. Obviamente, esta condición de fatiga les convierte en un peligro al volante.

Pese a este empeoramiento de las facultades para conducir (el 40% de los alérgicos reconoce que la alergia afecta negativamente a su forma de conducir), hasta 8 de cada 10 dicen seguir con su vida normal. Esto quiere decir que, entre otras cosas, continúan cogiendo el coche para sus desplazamientos.

Los medicamentos empeoran la situación

Conducir bajo el efecto de ciertos medicamentos como los antihistamínicos, algunos de los cuales pueden mermar la capacidad de conducción ya que generan somnolencia, mareos, agitación o cansancio, es doblemente peligroso. Es por esto que siempre hay que consultar con el médico los efectos secundarios de estos fármacos y, si es necesario, dejar de conducir cuando se usen.

Los datos que maneja Acierto.com muestran que el 30% de los conductores está en tratamiento con algún fármaco y, a raíz de la pandemia, el 11% de los automovilistas reconoce tomar más medicamentos peligrosos para la conducción que antes. El resultado de estas costumbres se hacen notar: en los últimos tres años, el número de fallecidos en accidentes de tráfico que dieron positivo en psicofármacos ha crecido un 40%. Y la última década se ha saldado con hasta 1.300 conductores muertos por esta causa.


Source: Coches

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por admin