El combustible es un elemento crucial para el correcto funcionamiento del coche, ya no solo para que el vehículo pueda circular, sino también para que sus prestaciones se expriman al máximo. La diferencia entre repostar gasolina o diésel de calidad o los carburantes ‘low-cost’ no es enorme, aunque los conductores sí que lo pueden notar en algunos aspectos, como el número de kilómetros que se puede recorrer en las carreteras de toda España.
La principal distinción entre el carburante que se encuentra en gasolineras ‘normales’ y las de bajo coste está en los aditivos que llevan el diésel y la gasolina. Estos componentes pueden ayudar a mejorar el rendimiento del combustible, como por ejemplo evitando que se oxide con rapidez o reduciendo las emisiones, aunque no es en la única materia en la que pueden ser diferenciales.
El combustible de invierno: ¿para qué sirve?
Estos aditivos también se pueden utilizar en la gasolina y en el diésel para asegurarse de un buen rendimiento en climas extremos. Por ejemplo, se usan para evitar la congelación del carburante en temperaturas muy frías, así como en la presión: se aumenta durante los meses más gélidos para ayudar al arranque del coche. Esto es lo que se conoce como el combustible de invierno, que puede ser muy útil entre noviembre y febrero.
La clave en el combustible de invierno es que contienen una mayor cantidad de gas volátil, más conocido como propano, que ayuda a rebajar la temperatura a la que se congela el filtro, a la par que ayuda a su sistema de potencia. Eso sí, hay que tener en cuenta que en verano puede ser relativamente perjudicial para las prestaciones del vehículo, aunque es mucho peor repostar carburante ‘estival’ en los meses de frío.
Mucha gente desconoce la existencia de este tipo de carburante, pero lo cierto es que puede ser fundamental para que el coche pueda circular con normalidad durante el invierno. Aunque no hay un puesto de repostaje propio en las gasolineras, siempre es aconsejable preguntar a los trabajadores de la estaciones de servicio si tienen este combustible.
El problema llega en que las gasolineras no especifican los parámetros más técnicos del combustible que reciben y que está a disposición de los conductores en los surtidores, por lo que más probable es que los empleados desconozcan si el diésel o la gasolina es de invierno o no. Pero, si por casualidad la respuesta fuera afirmativa, es la mejor opción para repostar en los meses más fríos.
Source: Coches