El mundo del automóvil está cambiando, de hecho, lleva cambiando ya un buen tiempo, con las marcas centradas en la movilidad sostenible como uno de sus pilares estratégicos más importantes y con los gobiernos, especialmente en Europa, legislando para reducir las emisiones contaminantes procedentes del parque rodado. Esto ha derivado en que muchos fabricantes hayan apostado todo al coche eléctrico como solución única a la movilidad futura, aunque algunos ya están empezándose a plantear si esa apuesta de ‘todo al eléctrico’ es la correcta.
Ahora bien, Toyota, un adelantado a su tiempo cuando comenzó a desarrollar y a apostar por los híbridos cuando parecía una tecnología sin mucho mercado, nunca ha comprado esta vía como única solución, de hecho, han tardado bastante en lanzar su primer vehículo 100% eléctrico. Esto se debe a que desde la marca japonesa no ven que el problema sea tan simple como para ofrecer una única solución, ellos ven que para llegar a unas emisiones netas y ofrecer una movilidad sostenible a la ciudadanía, existen varios caminos, caminos que deberá ser el cliente quien explore en busca de cuál es el que más le conviene a él particularmente, sin imponerle una solución universal con calzador.
Siempre he sido un fiel admirador de la cultura automovilística japonesa, de su manera de hacer las cosas y de cómo, casi siempre, piensan bastante en el cliente a la hora de hacer un vehículo (son, de lejos las marcas más fiables y, al final, eso repercute en un cliente satisfecho, que no visita el taller ni se gasta más de lo necesario y que, seguramente, vuelva a comprarles). Y ahora Toyota me ‘da la razón’ una vez más, porque su apuesta ‘Multipath’ (varios caminos) tiene mucho, pero que mucho, sentido. En la firma nipona no se casan con nadie, no se suben a la ola del eléctrico y plantean soluciones diversas a un mismo problema. Así, Toyota apuesta por varias tecnologías limpias como la pila de combustible (FCEV), los híbridos enchufables (PHEV), los microhíbridos (MHEV), los híbridos convencionales (HEV), los 100% eléctricos (BEV) y los motores de combustión interna (ICE) que emplean combustibles sintéticos o de origen vegetal, sostenibles.
¿La solución para salvar los motores de combustión?
Pero esto no es todo, lo más interesante en lo que está trabajando Toyota, y que es uno de los pilares más sólidos sobre los que proyectan su futuro, son los motores de combustión interna. Sí, no has leído mal, aunque parezca mentira o un sacrilegio hoy en día porque Europa así lo quiere, es una de sus patas más fuertes. La diferencia con un motor convencional es que, en lugar de combustibles fósiles, Toyota ha desarrollado, y sigue en ello, motores de combustión interna que funcionan con hidrógeno. No es una pila de hidrógeno, es directamente inyectar hidrógeno al motor de combustión, como hasta ahora se hace con la gasolina o el diésel, y expulsar únicamente agua por el tubo de escape. Y sí, también has leído bien, tiene tubo de escape, porque además de ser una tecnología limpia, también emite un sonido glorioso que, si no te mencionan que es de hidrógeno, jamás le encontrarías diferencia con uno de gasolina. Brillante y alentador…
Probamos todas sus tecnologías
Para probar todo esto y explicarnos de primera mano lo que esperar en los próximos años, nos desplazamos con Toyota hasta París (donde han participado como proveedor de movilidad en los Juegos Olímpicos y Paralímipicos), donde pudimos asistir a distintas charlas al respecto de las diferentes estrategias a seguir de cara al futuro por la firma japonesa y, además, probar en nuestras propias carnes todas estas tecnologías antes mencionadas.
La jornada completa transcurrió en un entorno cerrado, un circuito, para poder probar con seguridad y tranquilidad todos estos vehículos tan novedosos. Así, pudimos pilotar y copilotar algunos de estos interesantes modelos sobre la pista del Circuit de l’Ouest Parisien, como las pick-up Hilux FCEV, BEV y MHEV (de pila de hidrógeno, 100% eléctrica y Mild-Hybrid), el Mirai (FCEV), el Lexus RZ eléctrico, GR Yaris y GR Supra con e-fuel (combustible sintético) en sus tanques de combustible, o el, a mi gusto más novedoso e interesante, GR Yaris propulsado por un motor de combustión de hidrógeno. También disfrutamos de un emocionante copilotaje off-road con el buggy de Lexus con motor de combustión de hidrógeno Yamaha, el ROV, ver en acción el Hypercar con el que Toyota corre en Le Mans, e incluso hacer de copilotos de lujo junto a Mike Conway (piloto de la marca en Le Mans) y con el mismísimo Ogier.
Por cierto, como guinda del pastel, Toyota nos enseñó una nueva manera de ver la conducción autónoma, sentándonos de copiloto en un GR Yaris autónomo que hizo un tramo de circuito a toda velocidad sin que nadie tocase sus mandos. Sorprendente y un poco aterrador…
En definitiva, Toyota parece haber comprendido que no sólo hay una vía para alcanzar la neutralidad de carbono que tanto se desea, sino que, en función de las necesidades, pueden ser buenas varias alternativas. No debería imponerse una misma solución para una persona que se desplaza cada día 10 kilómetros que para un transportista que ha de recorrer 500 kilómetros en una jornada. Para el primero quizá sí le convenga un vehículo eléctrico, pero para la segunda tarea parece bastante más claro un vehículo con tecnología de pila de hidrógeno, con grandes tanques que pueden colocarse en un furgón, autonomías que superan los 700 kilómetros y tiempos de repostaje que no pasan de los 5 minutos.
Por todo esto, y también pensando en que hay mucha gente a la que, simplemente, le gustan los coches y quiere poder seguir disfrutando de la melodía y las sensaciones que transmite un motor de combustión interna (como su propio CEO, el señor Akio Toyoda), es por lo que Toyota emprende su ‘multicamino’ en busca de soluciones limpias para todos. Ya adelantaron a todos por la derecha con el tema de la hibridación hace dos décadas, y ahora son los ‘reyes’ del mercado híbrido. El tiempo dirá si vuelven a ser los más listos de la clase, pero lo que hemos probado en esta primera toma de contacto en París, parecen tener muy clara su estrategia y abanico múltiple de opciones. Diferentes tecnologías para diferentes usos y necesidades, todas ellas limpias y con el mismo objetivo: neutralidad de carbono.
Source: Coches