Los atascos son conocidos por ser uno de los fenómenos más desesperantes y odiados por cualquier conductor. La solución a este problema, según muchos ciudadanos, sería instalar más carriles en las carreteras, sin embargo, esta opción podría incluso empeorar la situación.
Expertos en urbanismo y carreteras han estudiado durante años las consecuencias de añadir estos carriles. Sin embargo, la respuesta ha sido más negativa de lo que esperaban.
Los atascos podrían empeorar si se expandieran las vías por un fenómeno llamado «demanda inducida«, ya que cuanto más espacio de conducción exista, más conductores decidirán usarlo.
Por su parte, el economista Anthony Downs acuñó en 1962 la Ley de congestión de autopistas en horas pico, la cual explicaba que las autopistas urbanas de Estados Unidos con mayor capacidad se llenaban rápidamente.
Uno de los ejemplos que constata este fenómeno es la ampliación de la Interestatal 405 de Los Ángeles para reducir el tráfico. Pese a una inversión de más de 1.600 millones de dólares, el plan no funcionó.
Es por ello que se creó la definición de «demanda inducida», que explica por qué las carreteras de mayor capacidad se llenan igual o más que las de menos carriles. Cuanta más accesibilidad y espacio, más conductores querrán circular.
Entre las soluciones más estudiadas y aceptadas están la de instar a los ciudadanos a usar el transporte público. En Seúl optaron por eliminar una autopista para instalar líneas de metro y autobuses.
Source: Coches
