El impuesto de matriculación es una de las tasas que hay que abonar al comprar un coche nuevo y, depende de las emisiones del vehículo, puede encarecer más o menos el precio final de compra. Los modelos eléctricos o con menos de 120 gramos de dióxido de carbono emitidos por cada kilómetro recorrido están exentos de pagar este gravamen, mientras que los vehículos que emiten más de 200 gramos tienen que abonar un 14,75% del precio de adquisición del coche.
Durante el último 2021 y este 2022, el impuesto de matriculación ha dado de qué hablar. Con la entrada en vigor de la homologación WLTP, que mide de una manera más exacta las emisiones de los motores, muchos vehículos que antes pagaban un cierto porcentaje por esta tasa o que estaban exentos pasaron a tener que abonar más. El Gobierno modificó los máximos de emisiones que rigen cuánto hay que pagar de impuesto el año pasado para paliar los efectos de la entrada en vigor del WLTP, pero este 2022 todo ha vuelto a la normalidad. Por esta razón, el precio de un 40% de los coches a la venta se ha encarecido.
Una de las medidas que se ha estado barajando es eliminar el impuesto de matriculación o incluir en el pago del impuesto de circulación, un gravamen anual que se paga según la potencia fiscal del motor del vehículo y que está gestionado de manera local. Sin embargo, el Comité de Expertos que se ha encargado de elaborar el Libro Blanco para la reforma del sistema tributario se han manifestado completamente en contra.
Es más, abogan por endurecer el impuesto de matriculación ya que, empíricamente como afirman, se ha demostrado de que este gravamen tiene mucha más capacidad de influir en la decisión de compra de los conductores, orientándolos a adquirir coches más responsables con el medio ambiente.
Falta de visión a largo plazo
La razón de que sea el impuesto de matriculación y no el de circulación el gravamen que más influye en la decisión de compra es, según este Comité, la «miopía» de los conductores. «La evidencia empírica muestra que los impuestos sobre la adquisición de vehículos son más efectivos para dirigir las decisiones de compra de los consumidores que los impuestos anuales de circulación debido tanto a su miopía (los consumidores tienden a dar mayor importancia a los costes y beneficios a corto plazo) como a la incertidumbre sobre los impuestos de circulación futuros», explican.
Por esta razón y como método para impulsar la compra de coches más responsables con el medio ambiente, el Comité «no comparte las propuestas para su eliminación (la del impuesto de matriculación) o integración con otras figuras tributarias». Es más, desde este Comité se aboga por endurecer el impuesto de matriculación para desincentivar la compra de los coches más contaminantes.
Tres propuestas
La primera propuesta de los expertos no modifica la estructura actual de este tributo y aboga por extender el número de tramos e incrementar los tipos impositivos, con el objetivo de incentivar la adquisición de vehículos de bajas emisiones. Por ejemplo, establece exención del pago de esta tasa a los modelos con emisiones de dióxido de carbono por debajo de 127 gramos por kilómetro aquellos que emitan entre 127 y 155 gramos abonarán un 5%, los de entre 152 y 175 gr/km asumirán un 10% y los de más de 175 gr/km, un 15%.
La segunda propuesta endurece aún más los porcentajes de pago: solo quedarían exentos los modelos con menos de 55 gramos de emisiones de CO2 por kilómetro. Así, los modelos de entre 55 y 127 gramos pagarán un 5%, un 10% hasta los 152 gramos), un 15% hasta los 175 gramos y los de más, un 20%.
Por último, la tercera reforma sería utilizar un impuesto único se aplique sobre las emisiones esperadas del vehículo como ya se aplica en algunos países europeos, tomando como ejemplo Holanda. Por ejemplo, un vehículo con emisiones de entre 1 y 86 gramos pagaría 0,33 euros por gramo de CO2 y kilómetro estimado. Esta cifra crecería hasta los 20 euros por gramo y kilómetro si el vehículo emite entre los 86 y los 111 gramos de CO2, a 44 euros para los de entre 112 y 155 gr/km, a 72 euros para los de entre 156 y 172 gr/km y a 144 euros para los de más de 173 gramos por kilómetro de dióxido de carbono.
Source: Coches