La mayoría de los conductores de España tienen el hábito de apagar el motor del coche inmediatamente después de estacionar tras un largo viaje. Sin embargo, este gesto aparentemente inofensivo puede causar graves daños a una de las piezas más costosas de reparar en un vehículo.
Esta pieza es el turbocompresor, un sistema presente en la gran mayoría de los coches modernos que mejora la eficiencia y potencia del motor. Funciona comprimiendo el aire que entra a los cilindros, permitiendo quemar más combustible. El corazón del turbo es una turbina que gira a altísimas revoluciones impulsada por los gases de escape.
El problema surge cuando, tras un trayecto prolongado, se corta abruptamente la lubricación de esta turbina al apagar el motor. Por inercia, seguirá girando unos instantes sin el flujo de aceite necesario, lo que acelera dramáticamente su desgaste. Con el tiempo, esto puede llevar a una costosa avería no solo del turbo, sino de otros componentes del motor.
¿Cómo prevenir el deterioro del turbocompresor?
Afortunadamente, el truco para cuidar la salud del turbo y alargar la vida del motor es muy sencillo. Tras aparcar, deja el coche al ralentí durante un par de minutos antes de quitar el contacto. Aprovecha para recoger tus pertenencias y cerciorarte de no olvidar nada dentro.
Este breve tiempo al ralentí permite que el turbo siga recibiendo una correcta lubricación mientras reduce progresivamente su temperatura y velocidad de giro. Así, se minimiza el desgaste y los rodamientos de la turbina no sufren, ahorrándote reparaciones costosas.
Consejos para cuidar el turbocompresor
Además de este sencillo hábito, puedes cuidar el turbocompresor de tu coche siguiendo estas recomendaciones:
- Realiza las revisiones y cambios de aceite según indica el fabricante. Un aceite degradado no lubrica adecuadamente el turbo.
- Evita revolucionar el motor en frío. Espera unos minutos a que alcance la temperatura óptima.
- En trayectos cortos, procura circular unos minutos extra para que el turbo se lubrique bien y se despeje de residuos.
En definitiva, con un poco de paciencia y buenos hábitos de conducción, puedes prolongar significativamente la vida de tu turbo y ahorrar en costosas reparaciones.
Source: Coches