La segunda generación del Opel Grandland (antes Grandland X) ya está aquí y, aunque sigue siendo SUV familiar, crece en casi todo, tanto en tamaño, con sus 4,65 metros de longitud, como en tecnología y prestaciones. Primero llegó como Mild-Hybrid con etiqueta Eco, así como en versión 100% eléctrica, y ahora, la marca alemana ha añadido la pieza que faltaba: el híbrido enchufable (Plug-in Hybrid). Y en 20Minutos ya lo hemos probado.
Diseño
El Grandland luce un diseño moderno y de aspecto premium, con unas ópticas, tanto delanteras como traseras, muy afiladas y con tecnología LED, el clásico frontal de Opel en color negro brillante, un nervio en el capó que acentúa su carácter dinámico, grandes llantas de 19 pulgadas, la firma lumínica trasera con la palabra ‘Opel’ que se ilumina en el portón trasero, etc. Pero además, es un SUV de gran tamaño, con sus 4,65 metros de largo, sus 1,90 de ancho y sus 1,66 de alto.
Interior
El Grandland es el buque insignia de Opel, tanto por tamaño como por tecnología. En el primer apartado es un coche que destaca bastante sobre su competencia, con unas plazas traseras muy generosas y un gran maletero con 550 litros de capacidad. Además, dentro encontramos también diversos huecos y compartimentos para guardar pequeños objetos, algo muy útil si el coche se va a destinar a un uso familiar.
En términos de diseño, su habitáculo cuenta con un volante de nueva factura, con las partes superior e inferior achatadas, un cuadro de instrumentación digital de 10 pulgadas, una pantalla central con inteligencia artificial y 16 pulgadas, y función de masaje y ventilación para el asiento del conductor.
Mecánica
Pero la verdadera novedad se encuentra bajo el capó, donde el Grandland Plug-in Hybrid utiliza un motor 1.6 turbo de gasolina de 150 CV y otro eléctrico de 125 CV, con una potencia total que asciende a 195 CV. Gracias a su batería de 17,9 kWh, el Grandland Plug-in Hybrid puede recorrer hasta 87 kilómetros en modo totalmente eléctrico, cifra que le permite colocar una etiqueta Cero de la DGT en su parabrisas. A esta mecánica se asocia un cambio automático de doble embrague, 7 relaciones y levas en el volante.
Nuestra opinión tras conducirlo
El Grandland es un SUV familiar que presume de espacio, diseño y tecnología. No es el ‘summum’ de la deportividad, pero es un SUV con cierto carácter dinámico; con suficiente potencia, un tacto correcto de la dirección y un tarado de suspensión que, aunque se nota que está calibrado más hacia el lado del confort que hacia el de la deportividad, permite ‘jugar’ en algún tramo sin que cabeceé o incline en exceso la carrocería.
Asimismo, otro detalle a destacar del Grandland que pudimos comprobar cuando lo estuvimos probando, es su gran nivel de insonorización dentro del habitáculo. Opel ha hecho un gran trabajo para aislar el interior de todo el ruido generado por la rodadura, el viento o el propio motor. Se nota que el Grandland es el modelo más alto de la gama Opel, con un tacto general bueno, materiales de tacto delicado y suave, buenos remates, confort interior, tecnología de primer nivel, diseño vanguardista…
Ahora bien, como todo producto tiene también alguna que otra cosa mejorable, como el sistema multimedia, por ejemplo; algo lento y que empieza a verse antiguo en comparación con otros del mercado.
Precios
Y llegamos al dato importante. A la cifra que lo define todo: el precio. Si quieres hacerte con un Opel Grandland híbrido enchufable, con su etiqueta Cero, sus 195 CV de potencia y su tecnología de vanguardia, está a la venta en España desde 39.850 euros en su acabado Edition. Por encima de este, como tope de gama, el acabado GS arranca en 43.490 euros.
Source: Coches