Sáb. Dic 21st, 2024

El mercado de las bicicletas de segunda mano ha crecido en los últimos años y cuenta con una gran cantidad de seguidores y fieles que, tanto sean profesionales como no, tienen el ciclismo por hobby y dedican parte de su tiempo a buscar nuevas bicicletas o recambios para la que ya tienen. Una de las razones de apostar por el mercado de segunda mano es el alto precio de las bicicletas de carretera o montaña de un nivel más profesional, aunque también entre las usadas el precio se disparó tras la pandemia un 9% en comparación con 2019.

Pero además del encarecimiento de estas bicicletas, los compradores de bicis de segunda mano se enfrentan a los timos, o intentos de, de manera más habitual de la que parece. Desde Tuvalum, maketplace de bicis de segunda mano, afirman que los engaños de este tipo son algo muy frecuente y son «la principal razón» por la que se creó este espacio, «para poner fin a las malas experiencias, engaños y frustraciones que se generan usando las apps móviles y webs de anuncios clasificados al comprar y vender una bicicleta».

Antes de montar lanzar Tuvalum, su CEO Alejandro Pons explica que encuestaron a más de 300 ciclistas que habían comprado y vendido bicicletas usadas por Internet y «casi todos habían sufrido malas experiencias relacionadas con el pago y, muy especialmente, con la condición de las bicicletas».

«Hay que tener en cuenta que las webs y apps de compraventa no suelen controlar la autenticidad ni el estado de los productos que se ofertan en ellas y toda la responsabilidad recae en lo que acuerden comprador y vendedor», señala Alejandro, «por lo que la picaresca y los intentos de fraude son frecuentes».

BIcicletas en malas condiciones

La mayoría de engaños y estafas que se producen, de acuerdo con los registros de Tuvalum, tienen que ver con el estado de la bicicleta y sus componentes: es muy frecuente que un vendedor oculte información sobre las reparaciones que se hayan hecho en el cuadro, que tape grietas y fisuras con alguna pegatina… El estado mecánico de la transmisión, los frenos o la suspensión también son sensibles de fraude.

Existen también las estafas que tienen que ver con el modelo o el año de la bicicleta, que viene a ser el equivalente al año de matriculación de un coche. «Ves bicicletas con más de 10 años de antigüedad anunciadas como si fueran más recientes», señala Pons.

En tercer lugar está el caso de las falsificaciones y réplicas. Sucede sobre todo con bicicletas de marcas muy valoradas, como Pinarello y Bianchi, o con gamas top de los principales fabricantes, como es el caso de la gama S-Works de Specialized, explican desde Tuvalum. «A nosotros nos ha llegado alguna bicicleta anunciada como S-Works que lo único que tenía de esta gama era la pegatina; por suerte revisamos todas las bicicletas antes de ser enviadas al comprador y podemos detectar estos intentos de engaño».

Y por último, existe la compraventa de bicicletas robadas. Según datos del Barómetro de la Bicicleta, a 1 de cada 5 ciclistas le han robado su bicicleta. La mayoría de ellas acaban vendiéndose o completas o por piezas en apps de segunda mano y páginas de anuncios clasificados.

¿Cómo se pueden evitar engaños y fraudes?

«Nosotros siempre recomendamos comprar una bicicleta de segunda mano en sitios que ofrezcan una revisión y certificación de las bicicletas, ya sea una tienda física especializada en segunda mano o, en el caso de Internet, a través de nuestra web, por ejemplo», aconseja Alejandro.

Si se prefiere adquirir la bici directamente a un particular en otro tipo de apps que no revisan el producto, la recomendación de Tuvalum es pedir siempre al vendedor que enseñe la factura original de compra y, si no la tiene, el registro de la garantía. «Es muy difícil que un ciclista no conserve al menos uno de estos documentos y, si no los tiene, es motivo de sospecha», confirma Pons.

También recomiendan no comprar nunca una bicicleta que no tiene el número de serie visible. Este número es el equivalente al número de bastidor de un coche y suele indicarse en forma de pegatina en la parte inferior del pedalier o debajo del tubo horizontal del cuadro. «Si carece de este número, bien porque la etiqueta ha sido eliminada o porque se ha raspado esa zona, es posible que se trate de una bicicleta robada, especialmente si el vendedor no dispone de la factura original de compra».

Por último, hay que aplicar la lógica: «de la misma manera que todos sospecharíamos de un vendedor que ofrece un BMW Serie 5 ‘en perfecto estado’ por 6.000 euros, también deberemos sospechar si vemos una Pinarello tope de gama por 800 euros», compara Alejandro.

La última recomendación, y quizás la mejor, que ofrecen desde Tuvalum es confeccionar un contrato de compraventa si la bici se adquiere por particular. En este documento habrá que reflejar los datos de ambos, las características y número de serie de la bicicleta y su estado de desgastes y daños.


Source: Coches

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por admin