Mié. Nov 20th, 2024

A lo largo de la historia, la industria de la automoción ha ido recurriendo a diferentes fuertes de energía para conseguir que los coches se desplazaran: la gasolina, el diésel, el gas natural comprimido, el gas licuado de petróleo, la electricidad o el hidrógeno. En España, podemos adquirir cualquier tipo de vehículo que pueda contar con este tipo de fuentes.

Todos estos combustibles fósiles o energías son las más comunes que se utilizan. Sin embargo, es muy raro ver el agua entre las fuentes de energía. A pesar de que es un elemento abundante, no se le llega a considerar un combustible. «El agua no se considera una fuente de energía química, como ocurre, por ejemplo, con la gasolina que contiene energía que se libera a través de un reacción química», explica el Real Automóvil Club de España.

Además, aseguran que el agua no es un combustible aunque «si se descompone a través de la electrólisis su fórmula (H2O) en sus elementos básicos, el hidrógeno y el oxígeno, sí que se puede aprovechar el primero, con los coches de pila de combustible, que funcionan gracias a éste».

Hubo un coche con motor de agua en España

Fue en los años 70 cuando un extremeño, Arturo Estévez, presentó en nuestro país un coche que tenía un motor de cuatro tiempo que utilizaba el agua para poder desplazarse. Como hemos dicho anteriormente, el agua por si sola no es una fuente de energía, por lo que, según cuenta RACE, tuvo que utilizar «un elemento que la hacía reaccionar para obtener energía».

Al principio se habló de que utilizaba ferrosilicio, pero los expertos del ministerio de la época dijeron que se trataba de boro, es decir, un elemento «que en contacto con el agua reacciona para separa el hidrógeno del oxígeno».

Aunque pueda parecer una locura este invento funcionaba y lo demostró su creador circulando con él. De hecho, se llegó a hablar de que este motor gastaba 4 litros cada 900 kilómetros. El problema es que no tuvo un gran éxito debido al coste de producción. «El boro es muy caro, superior al del petróleo y otras fuentes de energía», explica RACE.

«Para producir 1 kilogramo de hidrógeno se necesitan unos 9 litros de agua y unos 3,5 kg de boro (el precio de cada kg de boro, si es de alta pureza, puede costar hasta unos 200 euros). Teniendo en cuenta que el consumo de un coche de hidrógeno es de cerca de 1 kg cada 100 km, un viaje de dicho recorrido ronda los 700 euros, un precio completamente desorbitado en la actualidad», cuenta RACE.

A pesar de que este invento puede parecer una buena forma de conseguir hidrógeno y un modo de no contaminar, es una realidad complicada debido a los altos costes de producción si se compara con otras energía como, por ejemplo, la electricidad o la gasolina. Esto implica que, tal y como dice RACE, la industria no se haya planteado «utilizar un motor de agua en sus vehículos» y solo se hayan realizado algunas pruebas.


Source: Coches

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por admin