En España, los ciudadanos observan rigurosamente cada detalle con el fin de adquirir un automóvil en buenas condiciones y, sobre todo, que no tenga un mantenimiento excesivamente caro. La existencia de posibles averías, los sistemas de climatización, un uso adecuado o un desmesurado gasto en carburante, en otros, son algunas de las características que más estudian los ciudadanos en el momento de adquirir un vehículo.
Precisamente, en las próximas líneas hablaremos de un truco en concreto, según un estudio del laboratorio nacional Lawrence Berkeley, que sirve para ahorrar carburante y que podría ser clave para que los usuarios se decanten por uno u otro modelo de vehículo.
¿Cuál es el secreto?
Aunque parezca una broma, el color de la carrocería del vehículo ayuda a mejorar las cifras de consumo de combustible o, por el contrario, a empeorarlas, según nos indica el proyecto ‘Cool Cars’ del laboratorio Lawrence Berkeley.
Esta hipótesis, aunque parezca algo disparatada, tiene su explicación lógica. «Las pinturas que reflejan la luz del sol reducen el aumento de temperatura en el interior del vehículo«, reza la investigación, haciendo referencia a la clave del ahorro.
¿Qué colores son los que tienen un menor consumo?
En condiciones normales, los vehículos que contengan una carrocería de color claro, es decir, que reflejen los rayos solares, tendrán en su interior una menor temperatura debido, precisamente, a este reflejo, mientras que los coches con tonos oscuros contribuirán a que los grados dentro del automóvil aumenten de forma considerable.
¿Y por qué gastan más carburante?. La respuesta es muy sencilla: cuanto más calor haga dentro del interior del vehículo, los usuarios tendrán que utilizar el aire acondicionado para regular la temperatura y así conducir en un ambiente mucho más agradable, por lo que habrá un mayor gasto de energía y, en paralelo, un aumento del consumo de combustible.
¿Cuál era la temperatura de ambos coches?
Dicho laboratorio realizó diferentes pruebas con dos coches del mismo modelo. La única diferencia era el color: uno plateado y otro negro. Ambos vehículos fueron estacionados al sol durante una hora. Tras superar los primeros 30 minutos, encendieron el aire acondicionado de los dos turismos y, después de cinco ciclos, los investigadores midieron la temperatura en diferentes elementos del automóvil, como pueden ser el salpicadero, asientos, puertas o parabrisas, entre otros.
Por un lado, el techo del vehículo plateado estaba a una temperatura de 25 grados más baja que el del coche negro y la diferencia del aire en el interior del habitáculo era de cinco grados. En un plano general, el coche plateado utilizó un 13% menos de energía que el negro para enfriar el automóvil. Por último, un dato que habla por sí solo de esta característica es que los coches con colores claros reflejan hasta un 60% más de luz solar que los de tono oscuro.
Source: Coches