En España hay repartidos más de 1.000 desguaces a lo largo de toda la geografía. Estos cementerios de chapa y neumáticos hacen negocio cada vez que alguien retira su automóvil, pagándole en mayor o menor medida una cifra de dinero. Esto lo recuperan vendiendo las piezas de esos mismos coches, un mercado al que acuden muchos compradores cada vez cuando necesitan un recambio para su vehículo.
Ya sea un coche que su propietario ha decidido cambiar por otro, uno que haya tenido una avería grave o uno que haya sido retirado de la circulación por las autoridades, en los desguaces hay miles de piezas para utilizar como recambio, aunque entre tanta maraña metálica hay que saber bien qué escoger y que no, porque puede ser peor el remedio que la enfermedad. Por ello, hay ciertos elementos de los coches que sí merecen la pena ser adquiridos, aunque otros es mejor comprarlos en una tienda.
¿Qué piezas se deben comprar en un desguace?
Una de las piezas que más merece la pena adquirir en un desguace son los parachoques y otros elementos estéticos de la carrocería, ya que repararlos en un taller puede ser muy costoso, un caso muy similar a los de las lunas, ya que los parabrisas, cuyos puntos negros laterales son muy importantes, pueden ser muy caros de cambiar.
Al ser de cristal, se puede ver a simple vista si la luna está en buen estado, mismo caso que los espejos retrovisores, obligatorios en los turismos, y que tienen un precio mucho más bajo que los de fábrica. Pero no solo se pueden recuperar elementos ‘estéticos’, sino que también es posible encontrar piezas fundamentales del coche, como motores o turbos, que son revisados por el personal del desguace y están a muy buen precio.
¿Qué piezas no hay que comprar jamás en un desguace?
Por el contrario, hay muchas otras piezas que no conviene bajo ningún concepto recuperar de un desguace, sobre todo elementos importantes para la seguridad de los pasajeros, como los amortiguadores, que se pueden desgastar debido a los badenes, los discos de freno o los neumáticos, ya que son tan cruciales que no merece la pena arriesgarse por ahorrar unos pocos de euros.
Tampoco es aconsejable comprar elementos que se desgasten mucho a medida que se usan, como las pastillas de freno, la correa motor o la batería, ya que si se adquieren estas piezas en el desguace, además de correr el riesgo de que no funcionen correctamente, es muy probable que su vida útil sea ínfima en comparación con unas nuevas.
Source: Coches