LUCÃA CARMONA CASTRO
- La asociación del transporte urbano colectivo (ATUC) plantea limitar el uso del vehículo privado e invertir en transporte público para ganar usuarios.
- El «billete gris» sería una alternativa de un día de validez, equivalente al coste diario de un abono mensual de transportes.
En un momento de cambio, en el que las ciudades y sus ciudadanos están replanteándose la forma en la que se mueven a diario, el transporte público ha querido mostrar qué opina, qué necesita, cómo se articula y qué cambios deben producirse para que ese rol que todos le exigen pueda hacerse realidad.
La Asociación de Empresas Gestoras de Transportes Colectivos Urbanos (ATUC), que agrupa a las empresas de transporte público en España como Metro de Madrid, EMT de Madrid y TMB de Barcelona, entre otras, ha presentado este martes, 13 de junio, su Plan TP, un decálogo de «imprescindibles» con el objetivo de tener «ciudades más habitables» y que trasladará en las próximas semanas a las distintas administraciones.
Entre las medidas más ambiciosas de la asociación está desmontar cualquier planteamiento que proponga la gratuidad del sistema, ya sea en episodios de alta contaminación o como medida continuada en el tiempo. En su lugar, propone como alternativa un «billete gris» de un día de validez equivalente al coste diario de un abono mensual de transportes». Si en Madrid un abono mensual zona A cuesta 54,6 euros, ese billete diario costaría por tanto 1,8 euros (coste diario del abono).
La asociación considera que la gratuidad transmite la idea de que se regala el transporte al que precisamente causa el problema, generando el efecto contrario al que se persigue: gratificando al que contamina y penalizando al que apuesta por medios sostenibles.
Reordenación del espacio urbano
El Plan TP hace hincapié en la necesidad de reordenar el espacio urbano, ya que en la actualidad «está dedicado al coche en un 90%». La asociación plantea como medidas el aumento de las zonas restringidas a la circulación en vehículo privado en el centro de las ciudades, limitándose a residente; o a la ampliación de carriles bus y bici, de espacios peatonales y de zonas de estacionamiento regulado.
Otras iniciativas son la creación de aparcamientos disuasorios en las entradas a las ciudades, carriles BUS-VAO en las vías de acceso e intercambiadores de transporte público P+R (park and ride).
En concreto, el Plan TP exige que aumente la inversión pública para implantar sistemas de prioridad semafórica, desarrollar sistemas de transporte a demanda y aumentar el número de plataformas reservadas al transporte público, entre otras acciones. Todo ello, con el objetivo de potenciar el transporte público y ganar adeptos.
Asimismo, también ha señalado la «escasa» inversión anual en transporte, que se redujo a la mitad desde 2008, pasando de 1.761 a 928 millones de euros en 2014 (último dato oficial disponible).
Ley de Financiación Estatal de Transporte Público
El Plan TP plantea una batería de medidas políticas, legales y fiscales para articular su puesta en marcha. Una de ellas es una Ley de Financiación Estatal del Transporte Público, que determine cuánto sufraga el Estado, las Comunidades Autónomas y los ayuntamientos, los criterios de reparto y a cinco años vista al menos.
Otro reclamo del Plan TP es que al transporte público se le considere «bien de primera necesidad», y como tal, tributar con el IVA superreducido (4%), y no con el actual reducido del 10%.
Source: Coches