Los vehículos, con el paso de los años, incorporan de serie infinitos extras para que la experiencia al volante sea mucho más cómoda y enriquecedora. En este caso, hablaremos de la luz que poseen los coches en el interior del habitáculo, y que, excepto en los automóviles de categoría M1 -son utilizados para el transporte de personas y mercancías- no son obligatorias.
Hace años, solo había una luz de cortesía para todos los ocupantes. Sin embargo, con las nuevas actualizaciones este número ha incrementado e, incluso, se pueden ver hasta tres o cuatro iluminaciones en el vehículo en cuestión, consiguiendo un mayor confort y bienestar.
¿Qué función tiene?
Las luces interiores pueden tener varias formas de funcionamiento y se podrán activar de diferentes formas. El primer método sería hacer de forma manual, es decir, como se ha hecho prácticamente durante toda la vida: pulsando el botón. Por otro lado, la evolución tecnológica ha hecho que puedan encenderse en el momento de abrir las puertas del vehículo.
Sin embargo, estos métodos actuales podrían tener consecuencias en nuestro amigo de ‘cuatro ruedas’, especialmente en la batería del coche, que puede ser ‘duramente castigada’ si olvidamos cerrar el automóvil por completo, pues las bombillas del interior del habitáculo quedarían encendidas y agotarían la energía del coche con suma facilidad.
La recomendación de la Guardia Civil
La Guardia Civil y las demás fuerzas del Estado aconsejan la utilización de la luz interior para evitar confusiones innecesarias y que podrían provocar pequeños sustos. En concreto, te recomiendan usar la iluminación en el momento de enfrentarse a un control en carretera para tener las manos visibles para el agente, evitando así la acción de bajarnos del vehículo excepto si nos lo pide.
Asimismo, hay que tener en cuenta que, si circulamos en horario nocturno con la luz interior encendida, podemos ser sancionados por los agentes de la Guardia Civil si creen que puede afectar negativamente a la visión del conductor en cuestión y poner en peligro la vida del usuario y del resto de los ocupantes. La multa oscilaría entre los 80 y los 200 euros, dependiendo del contexto y de la interpretación del agente.
Por último, y no menos importante, conviene recordar que, cualquier elemento como por ejemplo una gorra, bufandas, pegatinas o cualquier otro tipo de objeto que afecte negativamente a la libertad de movimientos en el momento de la conducción, puede ser motivo de sanción por parte de los agentes.
Source: Coches