Lun. Sep 23rd, 2024

Solo los aficionados más fieles de la marca Volkswagen reconocerán el modelo Klv-20 de la firma alemana. Este ejemplar, que era una mezcla entre la furgoneta Bulli y un tren ferroviario, era muy inusual en tiempos pasados, por lo que es habitual que los ciudadanos de nuestro país, España, y resto del mundo no hayan visto en su vida este extravagante y singular prototipo.

¿Cuál es su historia con el mundo ferroviario?

La historia del Volkswagen Klv-20 con el mundo ferroviario es muy curiosa e interesante de contar. La organización Ferrocarriles Federales de Alemania, en 1954, encargaron una serie de vehículos con el fin de realizar labores de mantenimiento en las distintas vías del país germano. Por ello, y para ahorrar costes, llegaron a la conclusión que era buena idea fabricar un número de ejemplares empleando la carrocería de la T1, es decir, del modelo Bulli y un chasis ferroviario.

¿Cuántos ejemplares fabricaron?

Las empresas encargadas de realizar dicho ejemplar, por separado, fueron la Waggon-und Maschinenbau GmbH Donauwörth y la Martin Beilhack. Ambas realizaron un total de 15 unidades, con un mismo modelo de motor de 28 CV: un cuatro cilindros bóxer de 1,2 litros. El modelo pesaba, aproximadamente, más de 2 toneladas y podía alcanzar hasta los 70 kilómetros por hora.

¿Qué componentes contenía este ejemplar?

Una de los elementos más significativos que contenía este ejemplar eran las ruedas de acero, de unos 550 mm de diámetros y fabricadas por elementos de goma ubicados entre el epicentro de la rueda y la llanta, con el objetivo de reducir y amortiguar el ruido.

Por otro lado, sus frenos actuaban sobre dos de las cuatro ruedas y estaban hechos de zapata hidráulicos. En el interior del habitáculo podían viajar hasta 7 personas: dos delante, tres en el medio y otros dos en la fila de atrás. Además, un dato surrealista es que estos modelos no tenían volante y poseían palanca de cambio (con cuatro velocidades y marcha atrás) y tres pedales.

¿Cómo se transportaban los usuarios?

El Klv-20 contenía un sistema que permitía al ejemplar poder girar hasta un total de 180 grados e iniciar el viaje de vuelta mirando al frente. Dicho procedimiento se efectuaba gracias a una plataforma que descendía hasta los raíles del mismo y, gracias a un elemento hidráulico, el vehículo podía elevarse y girar después de ser empujado por alguno de los ocupantes.

El ejemplar ferroviario Platting/Baviera fue retirado del servicio en los años 70 y, 28 años después, fue comprado por un coleccionista de Alemania. Actualmente, se conoce al Klv-20 por «un pequeño autobús o furgoneta ferroviaria con una carrocería de furgoneta VW Kombi atractiva, aerodinámica y debidamente equipada».


Source: Coches

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por admin

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