El verano está a punto de llegar a su fin y con él las vacaciones en toda España. El clima cálido siempre ha sido uno de los mejores aliados de los deportes de exterior, pero la llegada del otoño y el frío no es impedimento para que muchos sigan disfrutando de sus aficiones con el mal tiempo. Uno de los mayores hobbies que hay en este aspecto es el ciclismo, aunque los usuarios deben tener en cuenta que pueden ser sancionados en cualquier época del año.
Son muchos los adeptos a las dos ruedas en España a los que una climatología adversa no les impide sacar la bicicleta y recorrer unos kilómetros. Pero aunque no sea un vehículo de motor, también necesita cierto mantenimiento para que la excursión sea lo más cómoda posible, sea nueva o de segunda mano. Por eso hay que ponerla a punto, sobre todo después de unas vacaciones en las que puede que se haya quedado bastante tiempo en el garaje sin usarla.
Limpiar las partes de la bici
El primer paso es limpiar la bicicleta, ya que al eliminar la suciedad se podrán observar mejor los fallos y realizar una puesta a punto mucho más profunda y exhaustiva. Para ello, lo ideal es lavar la bici con abundante agua y productos específicos para estos vehículos, como por ejemplo un limpiador de frenos.
Revisar las ruedas
Después de tener la bicicleta limpia, hay que revisar una de las partes fundamentales de la misma: las ruedas. Después de un tiempo sin salir a rodar, la cámara de los neumáticos puede haber sufrido algún pinchazo o simplemente haber perdido presión, por lo que se debe hacer una intensa comprobación par asegurarse de que ni tienen desperfectos ni que están menos hinchadas de lo normal, y así poder ir al trabajo, de excursión o a cualquier otro lugar sin problemas.
Revisar los frenos
Otro elemento extremadamente importante de la bicicleta, especialmente en materia de seguridad, son los frenos. Por eso, se puede probar a subirse durante unos minutos y rodar para comprobar si hacen algún tipo de ruido o si el tiempo efectivo de frenada es bastante superior al que debería ser. Si es así, hay que cambiarlos antes de salir al exterior.
Comprobar el sillín y la dirección
El sillín debe estar atornillado a la barra, ya no solo por comodidad, ya que puede si se suelta ligeramente, puede provocar distracciones y que el ciclista se caiga al suelo. Por eso, es muy importante comprobar que está completamente fijado al metal. Si no el caso, se debe ajustar bien. Además, también se debe asegurar que la dirección de la bicicleta funciona correctamente y que no va a jugar una mala pasada una vez nos subamos en ella. Lo mejor para hacerlo es colocar la rueda delantera entre las piernas para asegurarse de que el manillar no se mueve.
Source: Coches