La creación de una red de vehículos y carreteras conectados es uno de los varios proyectos de movilidad y tráfico que tienen como objetivo salvar vidas y evitar accidentes de tráfico. La DGT está trabajando en su propia red de 5G que ayude a la gestión efectiva de la circulación en vías de alta capacidad a través de la plataforma DGT 3.0 y la primera smart road de Europa se inaugurará en Italia en pocos años.
Las previsiones hacen que estos proyectos cobren aún más importancia: los vehículos conectados serán capaces de salvar 11.000 vidas en 2025. Así lo demuestra el estudio de Grant Thornton elaborado en colaboración con Fundación Ibercaja y Mobility City.
El informe ‘La movilidad sostenible del futuro y su impacto sobre los ODS’, presentado en el marco del III Observatorio de la Movilidad Sostenible de España, señala que más de 51 millones de vehículos conectados, con 5G o inteligencia artificial, ya están operativos hoy en día a nivel mundial. Con el correcto desarrollo de esta tecnología, podrían evitarse hasta 260.000 accidentes de tráfico en apenas 3 años.
Inversión y sostenibilidad
Para 2025 se espera que haya más de 500 millones de vehículos conectados en circulación y que para 2030 los servicios de vehículos conectados alcancen un valor de 75.000 millones de euros, lo que convierte el mercado de los vehículos conectados en una gran oportunidad de ingresos para la industria de la automoción. Además, se estima que en 10 años el coche autónomo representará el 40% del kilometraje efectuado en carretera, lo que lo sitúa como otra de las disrupciones en el sector de la movilidad según califica este informe.
Además de mejorar la seguridad en las carreteras y generar oportunidades de inversión y mejora para la industria del automóvil, los coches conectados conseguirán ahorrar 400.000 toneladas en emisiones de dióxido de carbono y 280 millones de horas de conducción a los usuarios de las vías.
Retos por resolver
Aunque el futuro sea optimista en cuanto a los resultados que podrían ofrecer los vehículos conectados, los retos a los que se enfrenta el desarrollo de esta nueva tecnología son todavía elevados, especialmente por el rediseño de las ciudades que comporta su puesta en marcha.
La instalación de sensores y radares para poder implantar una verdadera red 5G de conexión entre calzada y vehículo y la necesidad de un marco legal que regule esta nueva realidad son algunas de las dificultades que todavía están por resolver.
Source: Coches