La lluvia es uno de los grandes enemigos de un coche. En España los días lluviosos se convierten en una odisea para muchos conductores. El problema es que el agua no solo es peligrosa al volante, sino que también puede dañar la carrocería y el chasis de un vehículo con el paso del tiempo. Como bien es sabido, el agua de lluvia puede arrastrar suciedad o partículas contaminantes que puede terminar oxidando el automóvil.
Desde el Real Automóvil Club de España explican que «los coches vienen de fábrica protegidos con una pintura pulverizada que está cubierta con una capa de barniz cuya función es evitar que la pintura se descascarille con los golpes, los rayos ultravioletas, los mosquitos y otro tipo de restos y sedimentos que hay en el ambiente».
Cuando se pierde ese barniz y desaparece la pintura existe el riesgo de que la parte metálica, al entrar en contacto con la lluvia, sufra «un desgaste y una corrosión que poco a poco va afectando a más partes del vehículo».
El mantenimiento para proteger al coche de la lluvia
El óxido es dañino para el coche y no solo por una mera cuestión estética, sino también estructural. En cuanto al primer aspecto, da una sensación de descuido y si en algún momento queremos venderlo, su valor en el mercado se verá reducido. Pero si el óxido afecta a la estructura debemos saber que un «metal corroído es difícil de reparar». RACE asegura que «requiere un lijado y un repintado y, en el peor de los casos, implica un cambio de la pieza afectada ya que no es posible su reparación».
Para evitar que la lluvia vaya deteriorando el coche, RACE cuenta algunos trucos para proteger el chasis. Lo primero de todo: utilizar cera para vehículos. «Es aconsejable aplicar por la superficie de la carrocería este material, como la cera de carnauba, para añadir otra capa de protección, además del barniz que tiene de fábrica el vehículo».
También es importante un revestimiento cerámico. Se trata de una técnica que ofrece una protección extra a la pintura. O un sellador de pintura que es un producto que «permite que la pintura sea más resistente y sufra menos los efectos de la lluvia ácida y otros agentes contaminantes. RACE habla de un recubrimiento anticorrosivo porque es importante «cuidar lo que no se ve del coche a primera vista, es decir, los bajos donde abunda el metal». Y es que esta parte puede sufrir los efectos de la lluvia. «Los vehículos incluyen de fábrica una película protectora en la zona inferior. Sin embargo, con el paso del tiempo se desgasta, así que cuando hagas una revisión del coche, solicita que aplique un antigravillado«.
Otros consejos que aporta RACE es lavar el vehículo para eliminar la suciedad y para evitar que se incruste en la pintura. Es fundamental secarlo para que no se adhieran partículas de polvo al circular. Siempre que se pueda, aparcar en un garaje o bajo un techo para que no sufra las «inclemencias del tiempo» que sí puede sufrir si se queda en la calle. O en ese caso, utilizar una funda protectora «que sea resistente al agua, pero transpirable para evitar la humedad».
Source: Coches