Vie. Nov 15th, 2024

Poco o casi nada tiene que ver el nuevo Mégane, conocido como E-Tech, con el actual de combustión, que, no obstante, se seguirá fabricando en España. Aunque ambos convivirán todavía un tiempo, la quinta generación del compacto de Renault, que el fabricante francés presenta ahora, es otra historia porque rompe por completo con la filosofía, el estilo, las formas y las posibilidades de uso de uno de los modelos más importantes de su catálogo.

Ubicado en un segmento de mercado que supone en España cerca de la mitad de las ventas, el nuevo Mégane es diferente, de entrada y fundamentalmente porque es cien por cien eléctrico y se ofrece con dos motores de 130 y 220 CV y dos baterías de 40 y 60 kWh. Su precio de partida arranca en los 35.200 euros, sin contar ayudas del plan Moves III ni promociones de la marca. También se puede adquirir a través de un sistema de pago por cuotas. Entre otros, el Volkswagen ID.3, el Citroën ë-C4 y el Nissan Leaf son los principales competidores del superventas de Renault.

El Mégane E-Tech monta la plataforma CMF-EV de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi dedicada a los vehículos 100% eléctricos. Una de las principales ventajas de este chasis es que ubica las baterías en la parte inferior del suelo, con un grosor de solo 11 centímetros. Su bajo centro de gravedad confiere al coche altas dosis de agilidad, sobre todo en carreteras con curvas, tal y como pudimos comprobar en las pruebas de la presentación internacional a los medios de comunicación.

Una berlina con estilo crossover

El nuevo modelo eléctrico de Renault sigue siendo un coche compacto por tamaño, pero se presenta ahora con los rasgos estéticos de un crossover. Mide 4,2 metros de longitud y, aunque es 6 centímetros más alto que la versión de combustión, tiene una altura de solo 1,5 metros que le permite una buena aerodinámica y le da unos aires deportivos. Con sus llantas de hasta 20 pulgadas y algunos detalles cromados, junto a sus espectaculares luces led, es un coche que en la calle llama la atención a simple vista.

Su altura, junto a la distancia entre ejes de 2,7 metros que permite el chasis, y la posición muy esquinada de las ruedas convierten al Mégane E-Tech en un coche amplio en su interior, habitable y cómodo. Ofrece hasta 440 litros de volumen en su maletero, ampliables a los 1.332 con los asientos traseros abatidos, a los que se suman otros 32 litros bajo el suelo para guardar los cables de carga. No incluye rueda de repuesto.

El interior del crossover francés está cuidado, con materiales de buena calidad y acabados mejorados. Incluso cuenta con inserciones de madera, no réplicas, en los paneles superiores de las puertas.

Quizá, lo que más llama la atención al sentarse al volante son sus dos grandes pantallas digitales, una de 12 pulgadas para la instrumentación y otra de 12,3 junto al volante y dominando el salpicadero para el control de los datos multimedia y la navegación que el nuevo modelo realiza a través de Google. El Mégane ofrece la posibilidad de incorporar todos los servicios del buscador de internet, compatible por otra parte con Android Car y Apple Car Play.

Silencioso y sin emisiones de CO2 en su marcha, el nuevo modelo de Renault cuenta con un motor eléctrico en dos versiones. Una de acceso, de 130 CV (96 kW) y 250 Nm, y la más potente, de 220 CV (160 kW) y 300 Nm. Esta última le permite una aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 7,4 segundos.

En cuanto a las baterías, se presenta con dos variantes, de 40 y 60 kWh de capacidad, que ofrecen autonomías de 300 y 470 kilómetros, respectivamente. En lo referido a sus tiempos de recarga, en la versión alta es capaz de recuperar hasta 300 km en un punto de corriente continua de 130 kW en solo media hora. En un enchufe doméstico, la operación llevará unas 30 horas. La batería de 40 kWh, por su parte, tarda 20 horas en recargar al completo.

Sus cuatro modos de conducción (Eco, Confort, Sport y Perso) actúan en diversos parámetros, incluida la dureza de la dirección. En ciudad, el Eco es el más adecuado porque supone un importante ahorro de energía, mientras que el Sport aprovecha al máximo las prestaciones del coche y permite una conducción rápida, sobre todo, en carreteras reviradas.

De sus sistemas de ayuda a la conducción, el más novedoso es el control de crucero adaptativo ‘contextual’ que, entre otras cosas, detecta de forma inteligente la aproximación a una rotonda y baja automáticamente la velocidad. También destaca el freno de emergencia marcha atrás o el aviso de llegada de un vehículo cuando un ocupante abre una de las puertas.

Cómodo y silencioso

Al volante, tras una prueba por la Costa del Sol malagueña con la versión más potente, lo primero que llama la atención es la comodidad y el silencio de marcha del Mégane, que ofrece una conducción zen, una especie de paz interior que ayuda a disfrutar del entorno. Diseñado para ser eficiente en su consumo de energía, con una media en la prueba de 18,5 kWh/100 km, su propulsión a pilas no quita para que ofrezca la alternativa de moverse con agilidad y empuje. El Mégane es también un coche divertido, alegre y rápido de conducir. Y con etiqueta Cero de la DGT, no hay que olvidarlo.

Tras el volante, de forma cuadrada, incorpora unas levas que permiten regular la frenada regenerativa en cuatro niveles, de los cuales el más potente permite prescindir del freno en muchas ocasiones.

En cuanto a los acabados, son cuatro: Evolution, Equilibre, Techno y el más alto de gama, denominado Iconic. Aunque ya se admiten pedidos, llegará a los concesionarios en abril con un precio que parte de los 35.200 euros con el motor pequeño, de 130 CV, y sube hasta los 40.200 euros en el modelo con el propulsor más potente. Los saltos entre acabados costarán unos 3.000 euros.


Source: Coches

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por admin