El casco de la moto es un sistema de protección indispensable para reducir los riesgos de conducir uno de estos vehículos. Además de que protege y evita graves lesiones al motorista, no llevarlo o no abrocharlo correctamente está sancionado con 200 euros de multa y la pérdida de 4 puntos en el carné de conducir.
Pero no basta con comprar un casco y aguantar con él toda la vida. Hay que prestar atención a su estado, asegurarse de que no pierde ninguna de sus características y, en el caso contrario, cambiarlo a la mayor brevedad posible. Un casco deteriorado no nos protegerá en caso de accidente.
Hay muchos motivos para cambiar o sustituir el casco de la moto. Se calcula que tienen unos cinco años de vida útil, aunque podrían acostarse por varios motivos. Estos son los siete más habituales o más importantes a los que deberíamos prestar atención.
- Accidentes. Sufrir un accidente con la moto es razón de más para cambiar el casco de manera inmediata ya que el golpe provoca que los materiales se deformen y la protección no sea la misma.
- El material pierde efectividad. La mayoría están fabricados de resina termoplástica o fibra que, con el paso del tiempo se acaban degradando y pierden la capacidad para disipar la energía producida por un impacto o soportarlos.
- Exceso de calor. Después de una exposición a altas temperaturas puede aparecer grietas, desperfectos…
- Correas y cierres en mal estado. Es posible que, de usarlos, pierdan sujeción o se estropeen por adelantado, haciendo que el casco no ajuste.
- La espuma se estropea. Cuando se deteriora este material, pierde absorción, deja espacios dentro del casco y este se mueve y pierde sujeción.
- Caídas y golpes. Pueden afectar a la seguridad del casco, limitando la efectividad de los materiales.
- Acolchado deteriorado. Si ya no se muestra firme y presenta daños por uso, puede ser un buen momento para realizar el cambio.
Source: Coches