JESÚS DOMÍNGUEZ
- El Massachusetts Institute of Technology ha desarrollado un algoritmo con el que ha calculado que 3.000 coches compartidos podrían hacer las funciones de los 14.000 taxis que ruedan por Nueva York.
- La clave está en que el taxi solo lleva en la mayoría de los casos a una persona a un destino en un solo trayecto y con el coche compartido un solo conductor puede llevar a varios clientes a la vez en un trayecto.
- De momento en España no puede ocurrir esta situación ya que no está permitido el coche compartido con conductor entre varios viajeros, ya sea en taxi, Cabify o Uber.
Uber y Lyft en Estados Unidos, Cabify también en España… son muchos los servicios de coche compartido (consulta la minuteca ‘Compartir coche’) que crecen día a día en las ciudades. A raíz de este aumento, tanto del carsharing (un servicio que permite alquilar coches por un período limitado de tiempo que puede variar entre una hora y varios días) como del carpooling (práctica de compartir coche con otras personas, muchas veces desconocidas, para realizar viajes puntuales o habituales), unos científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) han desarrollado y presentado un estudio en el que muestran un algoritmo que analiza las carreras de los taxis y otros servicios de transporte. Han llegado a la conclusión de que las distintas opciones de coche compartido podría recudir el número de vehículos en la carretera hasta un 75%.
Además, el equipo, liderado por la profesora Daniel Rus, del Laboratorio de Inteligencia Artificial y Ciencias Informáticas del MIT, ha calculado con el algoritmo que unos 3.000 coches de cuatro plazas podrían soportar la demanda que cubre el 98% de los taxis (unos 14.000) que circulan por la ciudad de Nueva York, con una media de espera de 2,7 minutos. Además, el equipo de Daniel Rus también calculó que esos 14.000 taxis podrían ser sustituidos a su vez por 2.000 furgonetas de hasta diez plazas.
Para que se pueda dar esta situación, la profesora Daniel Rus indica que «en lugar de que se transporte una sola persona en cada trayecto, los conductores de los distintos servicios de coche compartido, como Uber y Cabify, deberían llevar a dos o cuatro personas a la vez, lo que implicaría menos viajes, en menos tiempo, y con el mismo beneficio para los conductores que ofrecen el servicio a sus pasajeros». La profesora añade que «este sistema podría permitir a los conductores trabajar durante menos tiempo para obtener el mismo beneficio, lo que también repercutiría en una reducción del tráfico y de la contaminación de las ciudades que tiene su origen en los coches».
Sin embargo, esta conclusión plantea distintas cuestiones:
¿cuánto porcentaje de población aceptaría compartir su viaje? En España ya hay sistemas que están utilizando este recurso, por ejemplo, BlablaCar o Amovens, pero es con un sistema de carpooling, no de carsharing, en el que un usuario ofrece su propio coche para un viaje. ¿Aceptaría usted este sistema?
En España, según nos cuentan en Uber, la legislación no permite el cobro por separado del servicio de transporte de pasajeros que comparten un mismo vehículo si el conductor tiene una licencia VTC (arrendamientos con vehículos con conductor). En el caso de Uber, en Estados Unidos por ejemplo, tienen el servicio UberPool, en el que distintos viajeros sí pueden compartir un mismo trayecto. Sin embargo en España no está permitido. En el caso de Cabify ocurre lo mismo. No sucede lo mismo en aquellos servicios en los que los conductores no tienen licencias VTC como es el caso de Amovens o BlablaCar.
¿Cómo afectaría a los taxis esta situación? Hemos hablado con la Federación Profesional del Taxi de Madrid. En esta asociación nos aclaran que, teniendo en cuenta que la licencia para taxis es VT (transporte público interurbano en auto-taxi) y no VTC como la citada anteriormente, la normativa les afecta por igual. Es decir, no se puede compartir un mismo trayecto por distintos viajeros. «El precio es cerrado para un único viajero. En el caso de que otra persona se subiese al taxi durante el trayecto, no repercute al precio cerrado del trayecto al final del mismo. El cómo pagarlo ya es cuestión de los propios clientes», nos comentan desde la Federación.
Por tanto, de momento, en España no puede ocurrir el planteamiento que propone el MIT para las calles de Nueva York con la sustitución de los taxis por coches compartidos, pero ya está abierta la pregunta. ¿Qué ocurrirá en España?
Source: Coches