Los fraudes de la gasolina en España, desgraciadamente, son más habituales de lo que realmente se piensa, según demuestran las constantes operaciones policiales. Los estafadores utilizan innumerables trucos para timar a los clientes que se acercan hasta su estación de servicio, como puede ser el caso de ‘inflar’ los carburantes con otros productos.
Asimismo, existe otro escenario que suele ser habitual entre las gasolineras de nuestro país: trucar los surtidores. Esta opción dispensa menos combustible del que hemos pagado, por lo que la cantidad de litros no coincidirá con la cifra abonada al cajero o en el mostrador de personal. Sin embargo, este timo puede ser comprobado pidiendo el juego homologado de medidas del surtidor.
¿Cómo evitan los fraudes en las gasolineras?
Para tener un control exhaustivo de las estaciones de servicio y evitar posibles fraudes a gran escala, los surtidores deberán pasar controles de forma anual, es decir, año a año, para examinar su precisión de funcionamiento. No obstante, este tipo de pruebas no son sorpresa y los dueños están previamente informados de cuándo será el ‘examen’ y la fecha exacta.
Otro de los trucos más habituales realizados por los estafadores de combustible es servir gasolina 95 (más barata) en lugar de 98, y cobrar esta última. Asimismo, también han llegado a repostar gasóleo agrícola en los turismos, algo que está totalmente prohibido por su precio de coste tan bajo.
¿Cuáles son los trucos menos conocidos?
Estos tipos de trucos, tal y como explican los expertos, no son muy conocidos y, además de suponer un engaño, pueden provocar un problema mayor en nuestro ‘amigo de cuatro ruedas’. En este caso nos referimos a adulterar el combustible con otro tipo de sustancia para incrementar los beneficios y gastar menos carburante.
Los estafadores mezclan el combustible con aceite usado, agua o alquitrán, entre otros, para adulterar el producto y timar a los clientes para su beneficio propio. Tal y como hemos indicado líneas atrás, esto puede llegar a suponer un grave problema para el motor del vehículo, que podría sufrir daños irreversibles.
Cuando se mezcla, por ejemplo, agua con gasolina y diésel, esta es más densa que las dos anteriores y, por lo tanto, se depositará al fondo mezclada con el combustible, por lo que ambos elementos se introducirán de forma conjunta en el motor del vehículo.
A pesar de que el motor seguirá funcionando con ‘normalidad’, poco a poco provocará una oxidación de todos los elementos mecánicos del mismo y, con el paso del tiempo, puede llegar a provocar una avería que podría costar miles de euros a tu bolsillo. En el peor de los casos, también existe la posibilidad de tener que deshacerte del coche en cuestión.
¿Cómo podemos detectar el fraude de la gasolina?
En condiciones normales, detectar los problemas ante este tipo de fraude puede llegar a ser tremendamente complicado debido a que el coche podría tardar meses en sufrir daños. No obstante, aquellos usuarios que sean más precisos en el momento de conducir pueden darse cuenta de la pérdida de velocidad y potencia que está sufriendo el motor, especialmente en los adelantamientos o aceleraciones en carriles de ingreso a autovías o autopistas.
Si imaginamos una situación extrema, el motor comenzará a pararse o a realizar tirones, esto es una señal de que no funciona correctamente. El consejo más recomendable sería acudir a nuestro taller de confianza o más cercano para que nos den un informe lo más rápido posible y evitar una avería más grave.
Source: Coches