SARA RÍOS
- Cada vez más personas buscan un ‘coach’ para lograr sus objetivos: bajar de peso, superar una ruptura, encontrar trabajo, recuperar la motivación…
- Durante un proceso de ‘coaching’ «el profesional acompaña a una persona a que alcance sus propósitos», explica José Miguel Gil, presidente de ASESCO.
- Advierten, no obstante, de que un ‘coach’ «no es un psicólogo ni un terapeuta», ya que «trabaja con personas mentalmente sanas».
- El ‘coaching’ abarca desde el campo personal al ejecutivo o educativo: «Sirve para todos, no solo para el directivo de una empresa», explica el ‘coach’ Enrique Jurado.
- Quienes ya lo han probado lo recomiendan: «Es interesante para descubrirte y pulir actitudes, algo que por ti mismo no te plantearías», cuenta Patricia.
«Hace cinco meses dejé una relación de pareja y necesitaba apoyo más allá de mis amigos». El cambio llegó a la vida de Álvaro, y no se lo pensó dos veces: buscó un coach. «Necesitaba tener una visión diferente, sentirme acompañado«, cuenta Álvaro, que ya partía con la ventaja de saber a qué se enfrentaba al trabajar en una empresa dedicada a la formación en coaching e incluso haber realizado previamente un curso de coach.
«Quería perder el miedo a conducir y lo conseguí». En el caso de Patricia, la oportunidad del coaching se le presentó sin haberla buscado. Unos compañeros de trabajo necesitaban personas con las que poder completar su formación como coaches y obtener un certificado, así que decidió presentarse como voluntaria para someterse a un proceso de coaching. Aunque no tenía un objetivo claro —»me llevó cinco sesiones encontrarlo», cuenta—, finalmente lo logró.
Pero, ¿qué es el coaching? «Consiste en que un profesional acompaña a una persona, un cliente (también llamado coachee), a que alcance el objetivo que quiere conseguir. Esa persona define qué es lo que quiere y empezamos a trabajar con ella para que vaya avanzando y logrando su objetivo», explica José Miguel Gil, presidente de la Asociación Española de Coaching (Asesco).
«Es como un entrenamiento, tú te planteas un objetivo y trabajas con él», cuenta Patricia sobre su experiencia como coachee. «Te lo tienes que tomar en serio, como si entrenaras para correr un maratón», agrega. Un claro ejemplo de coaching llevado a la gran pantalla es la película El discurso del rey, en el que un logopeda ayuda al rey Jorge VI a superar su tartamudez para realizar un discurso crucial para el país que será retransmitido por radio. En televisión, el coaching está presente en programas como Hermano Mayor.
No obstante, José Miguel Gil también aclara qué no es un coach: «No es un psicólogo, no es un terapeuta, es una persona que te va a acompañar en ese camino, que está para ir ahí a donde quieres llegar, te acompaña a tu lado, trabajando contigo a través de herramientas para que tú tomes las decisiones», indica este experto, que matiza que un coach también «es distinto de un formador» y que «trabaja con personas mentalmente sanas».
«Si vamos a terapia, entonces hablamos de una persona que ya no puede hacer su vida rutinaria y normal, su problema se ha convertido en una batalla diaria que realmente no le permite vivir. En ese caso, lo que en realidad necesita esa persona es un terapeuta, ir al psicólogo, porque hay una patología«, explica por su parte Enrique Jurado, director de D’Arte Coaching y Formación.
Crece la demanda de ‘coaching’
Bajar de peso, superar una ruptura, encontrar trabajo… Son algunas de las necesidades sobre las que cada vez más personas demandan ayuda, y aquí es donde entra el coach, una profesión relativamente nueva que, pese a no estar regulada, existen asociaciones como Asesco o la International Coach Federation (ICF), que ayudan a validar determinados programas de formación e intentan evitar el intrusismo, también presente. A nivel académico, la Universidad Rey Juan Carlos cuenta desde 2014 con un título de Inteligencias Múltiples y Coaching, que ofrece tras un acuerdo con la empresa D’Arte Coaching y Formación y está avalado por Asesco e ICF.
«El auge de esta profesión comenzó en el mundo anglosajón, y desde ahí se ha ido expandiendo», aclara Jurado, que ejerce como coach desde hace 10 años. «Sirve para todo ser humano, no solo para el directivo de una empresa, y es una tendencia que va a ir a más«, añade. ¿El motivo? «Estamos en una sociedad en la que en lugar de preguntarnos lo que queremos hacer con nuestra vida hacemos justo lo contrario», responde Jurado, y agrega que «está de moda porque es una mixtura de lo que es el desarrollo personal, las humanidades, la filosofía, la psicología e incluso el desarrollo en los negocios».
«Cada vez más personas buscan ayuda y tienen menos miedo de pedirla, y en las empresas pasa lo mismo», indica por su parte José Miguel Gil. «Si estás agobiado, desganado, te falta motivación… Hay una profesión que te sirve para que te pongas delante de una persona (coach) que no te va a enjuiciar, que te va a apoyar», comenta este experto.
‘Coaching’…¿para todo?
Aunque los campos tradicionales del coaching han sido el personal, empresarial/ejecutivo y deportivo, «cada persona aplica el coaching al ámbito en que se mueve», explica José Miguel Gil. De ahí que encontremos coaching para políticos, coaching sexual o coaching educativo. «Cuando hacemos coaching trabajamos con el interior de la persona, todo lo que hasta ahora había sido invisible. Eso se puede aplicar a cualquier ámbito, al mundo del sexo, por ejemplo. En el fondo estás haciendo lo mismo que con un directivo de una empresa, trabajas sobre lo mismo», comenta por su parte el coach Enrique Jurado.
La tendencia del coaching es tal que incluso hay personas que se forman como coaches para ellos mismos someterse a este proceso: «Adquieren una serie de habilidades y competencias que le van a ayudar en su desarrollo profesional, bien para trabajar con ellos mismos o con su equipo laboral, para sus propios negocios», asegura Gil.
El presidente de Asesco pone de manifiesto que cada vez más se trabaja con el coaching educativo, tanto con profesores y educadores como alumnos y padres. Aquí es donde entra en juego el término «inteligencias múltiples», en el que abunda este experto. «Se trabaja pensando que no todos los niños son iguales, la idea es trabajar de forma más diferenciada dentro del grupo con estas personas, cada uno tiene unas características diferentes y se trata de potenciar más las áreas en las que son fuertes», cuenta José Miguel Gil.
En definitiva, el coaching puede aplicarse en múltiples áreas, «independientemente del sector en el que trabajes», dice Gil. «Una persona tiene un problema y quiere conseguir unos objetivos, y a partir de ello trabaja el coach«, ilustra este especialista. También existe el coaching para grupos, habitualmente enfocado al ámbito empresarial.
Un proceso de autodescubrimiento
Tanto Álvaro como Patricia recomiendan el coaching «y no necesariamente teniendo que haber pasado por un momento doloroso», indica Álvaro, aunque reconoce que «el momento de sufrir una pérdida, una ruptura o perder el trabajo te lleva a dar ese paso». Ambos señalan que es un proceso que ayuda a conocerse a uno mismo, ya que «un coach no te dice lo que tienes que hacer o cuál es el camino a seguir, sino que hace de espejo desde otros ojos. Ves esa misma situación y te la muestra desde otro punto de vista», explica Álvaro.
«Te ayuda a conocer tu situación personal, cómo estás y cómo actúas hacia ciertas situaciones», comenta por su parte Patricia. «Es interesante para descubrirte y pulir actitudes, ya que es algo que por ti mismo no te plantearías», añade.
Aunque ambos obtuvieron resultados positivos con el coaching, la predisposición y la constancia juegan un papel fundamental en el logro de objetivos: «Si no eres constante no te va a valer, porque tienes que trabajar bastante», advierte Patricia.
Los expertos también remarcan que el compromiso del coachee tiene que ser total, ya que no siempre es un camino agradable al tener que estar dispuestos a indagar en uno mismo y aceptar las cosas como son. Para Enrique Jurado, «es un camino muy bonito aunque duro, pero en conjunto el proceso es un 10% duro y 90% de felicidad», concluye.
Preguntas para iniciarse en el ‘coaching’
- ¿En qué áreas trabaja el coaching? Puede abarcar todas las áreas imaginables, aunque los campos de coaching más habituales en los que se engloban son el personal, el ejecutivo y empresarial (también para grupos de personas) y el educativo.
- ¿Cómo busco un coach? Asesco cuenta con un buscador en su web que permite a aquellos que lo necesiten encontrar un profesional adaptado a cada especialidad. Puede elegirse la modalidad presencial y online.
- ¿Cuántas sesiones se necesitan? El número de sesiones dependerá de los objetivos marcados por el coachee, aunque de media suele ser de ocho a diez sesiones, señala José Miguel Gil. La duración de cada sesión está entre los 30 y 60 minutos. «Al principio son sesiones semanales y luego se van separando en el tiempo, para que la persona se desenganche y no caiga en una dependencia del coach«, explica Gil.
- ¿Cuánto cuesta cada sesión? No hay precios marcados, aunque a nivel personal la media suele estar entre 50, 80 o 90 euros por sesión. Si se trata de coaching para empresas (grupos), el precio es de 150, 300 o 500 euros, en función del tamaño de la empresa. El precio también dependerá de la ciudad o de la experiencia del coach.
- ¿Tiene que ser presencial? No necesariamente. Existe la posibilidad de hacerlo presencial, pero también vía online, a través de correos electrónicos, llamadas telefónicas o por videollamadas.
Source: Coches