Gran protagonista del segmento de los pequeños coches urbanos, el Citroën C1 termina su vida comercial con la salida desde la planta de Kolin, en la República Checa, de la última unidad producida.
Los cambios en los hábitos y normativas de circulación en los centros urbanos y la voluntad de proponer una oferta eléctrica accesible para moverse en la ciudad ha inclinado la balanza en favor del Citroën Ami o del más polivalente y aún pequeño utilitario C3.
No obstante, el C1 termina su andadura con los deberes muy bien hechos, no en vano se han inclinado por este modelo nada menos que 1,2 millones de personas en todo el mundo desde que viera la luz allá por 2005. Por aquel entonces irrumpía en el mercado un coche de 3,4 metros de estilo desenfadado, ágil y muy manejable en ciudad, con motores diésel y gasolina de 54 y 68 CV, respectivamente.
Tras un par de puestas al día, en 2014 se actualizó en profundidad y se ofreció también con techo de lona corredizo, lo que unía a su sentido práctico un toque más orientado al ocio. En los últimos tiempos se ha comercializado exclusivamente con carrocería de cinco puertas y ha estado impulsado por un eficiente propulsor de gasolina VTi de tres cilindros y 72 caballos.
El “hueco” que deja el C1 en el mercado está muy bien cubierto. Por un lado, gracias al cuadriciclo eléctrico Ami, una solución de movilidad de 2,41 metros de largo que se puede conducir a partir de los 15 años de edad, que ofrece hasta 70 kilómetros de autonomía y que solo tarda tres horas en recargarse en un enchufe doméstico.
La otra opción para moverse por la ciudad recae en un más clásico utilitario, el C3, un coche de ya casi 4 metros de longitud impulsado por mecánicas diésel y gasolina entre 80 y 110 caballos y que tiene cinco plazas y un maletero de 300 litros, con lo cual su uso puede ir más allá de las zonas urbanas.
Source: Coches
