Vie. Abr 19th, 2024

GUILLE LLOPIS

Rotonda

La manida “picaresca” alcanza todos los ámbitos, sobrepasa los límites de su propio concepto y lleva a más de uno a incurrir en faltas o incluso delitos. Desde estafas tradicionales como inmuebles en alquiler que no existen o cheques falsos hasta técnicas más novedosas como el “phishing”: la memoria anual de 2015 de la Fiscalía recoge todo tipo de artimañas que se han utilizado a lo largo y ancho del territorio nacional para lucrarse ilícitamente a costa de terceros. Entre las más habituales están las estafas a los seguros, y una de las prácticas estrella es el conocido “timo de la rotonda”.

Esta treta consiste en circular por una rotonda haciendo caso omiso a cualquier normativa o sentido común. Se ignora la prioridad de paso o se realizan frenadas bruscas con la intención de chocar con otro conductor y conseguir una indemnización de la compañía aseguradora fingiendo daños mayores a los realmente producidos. De hecho, la Fiscalía aseguró estar prestando “especial atención” a este tipo de estafas, que en el caso de ser detectadas a tiempo por la Policía pueden terminar en acusación de tentativa para quien lo realiza.

Según el reglamento de circulación, en las intersecciones circulares tiene prioridad quien circula por los carriles exteriores. Esta normativa la aprovechan quienes buscan estafar a otros para, anclados a ese carril, acelerar bruscamente y ponerse delante de un conductor que, por uno de los carriles interiores, va a cambiar de carril o tomar una salida. Al producirse el impacto y circular uno de los dos por fuera, las aseguradoras tienden a darle la razón a este último.

Caso real

Un usuario ha contactado con Arpem, la web especializada en la información de seguros, para contar su experiencia, ya asegura haber sido víctima de un caso así. Según ha señalado a Arpem, circulaba por la carretera M-600 que une las madrileñas localidades de Navalcarnero y Brunete en su vehículo cuando, al acceder a una glorieta y situarse en el carril interior para continuar hasta la última salida, un vehículo que circulaba por detrás en el carril exterior aceleró para situarse justo delante de él en el momento en que, ya con el intermitente accionado, se disponía a cambiar de carril para salir.

El vehículo que conducía el usuario, un Citroën C3, impactó con su lateral contra el otro coche. La parte frontal del C3 resultó dañada, el perro que circulaba con el usuario quedó herido (el conductor no sufrió ningún daño) y, según nos cuenta, el ocupante del otro vehículo salió del mismo quejándose del cuello y del choque.

Tras rellenar el parte amistoso, el conductor que se quejaba del cuello fue llevado a un centro sanitario por una ambulancia, y los desperfectos provocados en el coche del usuario que ha contactado con nosotros le impidieron continuar con la marcha, por lo que una grúa de asistencia tuvo que remolcar el coche hasta el taller.

¿Me cubre el seguro ante un caso así?

A efectos legales, el culpable de una colisión de este tipo es el conductor que circula por el interior de la rotonda. Un conductor que fuese víctima de esta estafa y tuviese contratada una póliza a terceros tendría que hacer frente a los gastos de reparación de los daños propios, aunque otras coberturas sí podrían estar incluidas en el seguro.

Según la compañía contratada se asegurarán -o no- determinados desperfectos. La grúa de asistencia es una de las coberturas básicas que se incluyen en las pólizas a terceros, pero no tenerla expresamente contratada puede suponer un coste añadido en caso de tener que llevar el coche hasta un taller. Algunas compañías también ofrecen garantías para los daños que puedan sufrir animales de compañía (como en el caso que nos hace llegar el usuario), para poder sufragar los gastos derivados de los tratamientos curativos a los que tenga que ser sometido el animal para recuperarse de sus lesiones tras un accidente de tráfico.

Incluso, en el caso de no estar de acuerdo con la resolución del siniestro, se puede recurrir a un abogado para reclamar por la vía judicial una solución alternativa. En este caso sería un juez quien tendría que dictaminar de quién es responsabilidad la colisión, pero mientras tanto la responsabilidad civil obligatoria de la póliza del (inicialmente) culpable del choque se haría cargo de los daños materiales y personales del conductor perjudicado, sea un estafador o no.

Source: Coches

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por admin

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