Elegante, dinámico y con una gran imagen, así podría ser el abecé del recientemente actualizado deportivo alemán al que la consagrada mecánica de 2 litros alimentada a gasóleo (y con etiqueta Eco de la DGT) le sigue sentando de maravilla para aquellos que no tengan muchas necesidades de espacio y quieran lucir una carrocería del tipo coupé con la presencia que tiene este BMW.
Hecha excepción del ultradeportivo M4, una versión de 530 caballos de potencia harto prestacional, el 420d puede ser la opción más racional para el día a día. Corre lo suficiente, consume bastante poco y explota con orgullo el “Te gusta conducir” de BMW que, la verdad, se puede encontrar en toda su gama.
También disfrutamos de unos acabados y remates de calidad que caracterizan su interior. El puesto de conducción, por su parte, es a la carta (se adapta sin problemas a cualquier talla) con una gran pantalla digital curvada «BMW Curved Display» por delante de nosotros que, tras la última actualización, rápidamente concentra la atención de cualquiera de los ocupantes. La verdad es que hay que otorgarle un notable alto en estas lides.
Dinámico y económico
En marcha, este bloque de cuatro cilindros con turbo y una hibridación ligera de 48V, combinado con el Steptronic Sport automático de ocho relaciones, ofrece en su conjunto unas prestaciones más que suficientes para cualquiera que se ponga a sus mandos.
Y qué decir del chasis. Pues otro portento, bien equilibrado en el reparto de pesos, con un tren posterior que da el juego necesario cuando y donde queramos.
Con un precio de salida de 56.800 euros, el 420d sigue siendo una de las opciones más atractivas dentro de su clase. Además ahora gana en presencia, sobre todo en la zona frontal con la nueva parrilla con estructura de malla, las nuevas entradas de aire o las modernas firmas lumínicas que incorpora.
Source: Coches
