NOELIA PÉREZ
- Urología, ginecología, cirugía digestiva, otorrinolaringología o cirugía cardiaca son algunas de las áreas donde las operaciones con robots ofrecen más facilidades.
- El robot Da Vinci es el único que se vende en Europa para estas intervenciones.
- En una veintena de hospitales españoles, entre ellos varios públicos, cada día se suman nuevas especialidades al campo de actuación del robot.
La tecnología y, como consecuencia, las máquinas están ganando terreno, en muchos aspectos, a las personas. Uno de ellos es la medicina. Los facultativos tienen que adaptarse día sí día también a los nuevos métodos. Mientras que en España todavía muchos se plantean si la utilización de robots facilitaría su trabajo y sería menos invasiva para el paciente, en Estados Unidos, las operaciones con los mismos son el pan de cada día y se reinventan por segundos.
Si a un español le dicen que le va a operar un robot… la respuesta podría ser algo así: ‘no, a mi que me opere un cirujano‘. Pero si le explican los beneficios que tendría tras la operación sólo con que una máquina realice las funciones que manda el humano, quizás cambia su punto de vista.
Por ejemplo, en una operación de cáncer de próstata —una de las más habituales— basta con hacer cuatro pequeñas incisiones en la barriga del paciente para sacárle la próstata (con el tumor) intacta en menos de una hora de cirugía, sin que pierda ninguna facultad (sensibilidad y potencia) y estará recuperado en 48 horas. Con una operación tradicional la intervención duraría el doble, las aptitudes podrían verse dañadas y el tiempo de ingreso rondaría la semana.
En una veintena de hospitales españoles, entre los que están incluidos varios públicos, cada día se suman nuevas especialidades a la lista de áreas donde el robot quirúrgico Da Vinci —el único que se comercializa en Europa— ofrece sus múltiples ventajas, aunque es cierto que es en el campo de la Urología, tanto en el cáncer de próstata, riñón o vejiga; y la Ginecología donde su uso está más extendido. Otras especialidades como la Otorrinolaringología, la Cirugía Digestiva o la Cirugía Cardiaca también resultan especialmente idóneas para beneficiarse de la aplicación de este sistema operativo.
Más de 20 años de innovación
Parece algo nuevo, sin embargo, el doctor Richard Gastón lleva más de 20 años trabajando con máquinas. Es de origen francés y en 1997 inventó la prostatectomía radical laparoscópica (sacar la próstata sin abrir al paciente). Además, desde el año 2004 entra todos los días al quirófano, da igual en qué parte del mundo sea, para realizar operaciones con robot y está considerado como uno de los maestros mundiales en el manejo del Da Vinci.
Viene a España una vez al mes, visita la clínica Cemtro de Madrid, realiza unas cuatro intervenciones en un periodo de 6-8 horas y vuelve a marcharse donde requieran su presencia. Así es la rutina de una de las mayores eminencias de la cirugía robótica con más de 10.000 operaciones a su espalda. «He luchado durante 10 años para decir ‘el futuro es esta técnica’ porque el tiempo de operación es más corto, el paciente pierde menos sangre, tiene menos dolores, su estancia en el hospital es menor y su recuperación más rápida. Y ya no es el futuro, es el presente», explica a 20minutos el doctor Gastón.
Pies y manos del facultativo son necesarios para el manejo del robot. Gracias a una técnica milimétrica y a su compenetración con otro médico, en este caso Fernado Gómez Sancha —urólogo y director del programa de Cirugía Robótica en la Clínica Cemtro—, mientras uno corta, el otro abre paso a la siguiente incisión. Uno en una esquina del quirófano viendo la operación a través de las gafas 3D que incorpora la máquina y el otro pegado al paciente y atento a los monitores, entre los dos manejan los cuatro brazos del robot y en poco menos de 60 minutos finalizan la intervención.
«¿Beneficios para el médico?: la satisfacción de hacer un buen trabajo. Logramos hacer lo que se conoce como ‘Trifecta‘: curación del cáncer, mantenimiento de la función eréctil y continencia urinaria de alta calidad», expone Gastón. Los mejores resultados se consiguen cuando el tumor se detecta precozmente. En casos con el tumor más avanzado hay que hacer una extirpación más amplia que puede afectar a los nervios.
Dos millones de euros cada robot
Actualmente miles de robots ya están involucrados en actividades médicas: diagnóstico, vigilancia de la salud o la recuperación de los pacientes física y psicológicamente. Si bien, todavía se espera que el sector de la robótica en España tenga su mayor auge en los próximos años, sobre todo en lo que se refiere al ámbito quirúrgico.
Lo único que imposibilita que la apuesta por los robots se dispare es el precio de los mismos. Aproximadamente dos millones de euros es lo que tendría que pagar un centro para poder poseer un Da Vinci dentro de sus instalaciones. Sin embargo, el coste «es realmente una tontería», piensa Gastón porque —explica— «si comparamos el precio del robot y de los instrumentos con la tan corta estancia en el hospital, la calidad y velocidad de la recuperación, es casi la mitad que el de la cirugía tradicional«.
En todo el mundo, en 2014 (útimo año del que se tienen datos) se vendieron 1.224 robots médicos, principalmente para cirugías y terapias y su valor total en ventas fue de 1.317 millones de dólares —1.172,3 millones de euros—, según datos ofrecidos por la Federación Internacional de Robótica. Las ventas disminuyeron un 5% en comparación con el 2013 pero las perspectivas son alentadoras. Se espera que el sector llegue a facturar 11,4 mil millones de dólares en 2020, según el informe ‘El mercado de robots médicos‘, realizado por Robotec.
El número de personas que se somete a estas operaciones también ha aumentado en lo últimos años, en parte, gracias a que «algunos seguros médicos incluyen las intervenciones quirúrgicas con robots dentro de su cupo, por ejemplo, Mapfre Salud. Están empezando a comprender que los procedimientos robóticos mejoran la calidad sanitaria y, en algunos casos, son imprescindibles», subraya Gómez Sancha.
Cuestiones básicas
¿Qué tipo de robots existen? Hoy en día hay cuatro grandes tipos de robots médicos: para la navegación, donde el instrumento quirúrgico es movido por el brazo de una máquina; para la replicación de movimiento de la mano del cirujano a través de una interfaz de robótica pasiva; los que llevan incorporado un dispositivo de imágenes montado en un brazo robótico para obtener ilustraciones en 2D o 3D; y robots para la rehabilitación con dispositivos mecatrónicos que pueden apoyar el proceso de recuperación de los pacientes con accidente cerebrovascular.
Hay otros proyectos que buscan facilitar las tareas sanitarias como crear sillas de ruedas y prótesis de robots que pueden ser controlados por el cerebro humano. También el avance tecnológico también ha dado lugar a la llegada de Dronlife, una flota de drones que puede transportar los órganos humanos de manera más eficiente que los métodos convencionales.
¿Realmente suponen una ventaja? Para los especialistas, su en un área tan sensible como la medicina son beneficiosos e incluso necesarios, ya que se ha demostrado que contribuyen a una cirugía más precisa y también reducen el tiempo de recuperación del paciente. Para el paciente, en general, el resultado de la cirugía mínimamente invasiva que se realiza por un sistema robótico, es un procedimiento menos estresante: hay menos que curar, menos área expuesta a la infección, y menos trauma general para el cuerpo. La única desventaja es el coste, cada robot puede llegar a costar 2 millones de euros.
¿Cuáles son los países más desarrollados? Estados Unidos es el país más avanzado en estas tecnologías. El mejor ejemplo es el sistema Da Vinci, que fue aprobado por las autoridades de EE UU en el 2000 y, sin embargo a España no llegó hasta siete años después. La mayoría de los hospitales estadounidenses cuentan con uno y solo una veintena de centros españoles lo utilizan. En Europa, Francia sería el modelo a seguir en cuanto a avances tecnológicos en medicina se refiere.
¿En qué lugar se encuentra España? España va con más de cinco años de retraso respecto a los pioneros, los estadounidenses, en todo a lo que se refiere investigación y progreso. En nuestro país, el robot por excelencia es Da Vinci mientras que en otros lugares del mundo han implantado otras maquinarias más eficaces o «inteligentes».
Source: Coches