La Dirección General de Tráfico tiene las competencias para instalar dispositivos para el control de la velocidad en las carreteras españoles, con ello, busca que los conductores cumplan con los límites de velocidad, ya que excederlos supone un fuerte riesgo para la seguridad vial.
En la actualidad, el organismo dirigido por Pere Navarro dispone de más de 2.000 radares de todo tipo, entre los que se encuentran los fijos y los de tramos, que en los últimos días han sufrido actos de vandalismo. En concreto, hasta siete cinemómetros se han visto afectados en las últimas semanas, por lo que la DGT busca dar con los autores y que paguen el coste de estos radares.
¿Cuánto cuesta un dispositivo de velocidad?
La Dirección General de Tráfico estimó un precio de 67.000 euros para los radares fijos y de unos 66.000 euros para los dispositivos de tramo. Por tanto, los autores de la vandalización de cinemómetros en las últimas semanas deberán abonar el coste íntegro de ellos.
Por otra parte, la DGT también busca llevarlos ante la justicia, ya que, destrozar un radar es un hecho constituyente de delito en España. Además, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil va a aumentar su presencia en estos puntos de control para evitar su sabotaje.
¿Qué delito se comete al destrozar un radar?
En una de sus últimas notas de prensa, la Dirección General de Tráfico aclara que dañar o sabotear radares constituye un delito recogido en los artículos 263 a 267 del Código Penal español. Estas disposiciones contemplan diversas acciones que afectan el valor patrimonial de bienes ajenos, protegiendo así su integridad económica.
Este delito está castigado con una «pena de prisión de uno a tres años y multa de doce a veinticuatro meses, el que causare daños expresados en el apartado anterior, si concurriere alguno de los supuestos siguientes».
¿Cómo funcionan los radares de tramo?
Según la DGT, los radares de tramo no son radares convencionales como los cinemómetros Veloláser, sino un sistema de cámaras que registran de forma continua el paso de los vehículos. Estas cámaras capturan la matrícula al inicio y al final del tramo vigilado.
Un ordenador compara ambas matrículas, calcula el tiempo transcurrido y determina la velocidad media del vehículo. Si esta velocidad se encuentra dentro del límite permitido, no se aplica ninguna sanción. Sin embargo, si supera el máximo establecido en la vía, se genera una multa para el infractor. Estos dispositivos se instalan tanto en autopistas y autovías como en carreteras convencionales, y pueden abarcar varios kilómetros de recorrido.
Source: Coches