Dom. Nov 10th, 2024

Aunque estamos acostumbrados, en este mundillo del periodismo del motor, a viajar constantemente y prácticamente cada semana a un punto de la geografía europea, principalmente, no todos los eventos que organizan las marcas concentran tanta conducción como nos gustaría. Sin embargo, de vez en cuando hay posibilidad de sacar mejores conclusiones cuando el programa tiene un buen pellizco dedicado a lo que vamos: probar los coches. Y es justo lo que ha hecho Mercedes-Benz en esta ocasión.

Vale sí, hasta Lisboa fuimos en avión, pero una vez allí, lejos de ponernos una pequeña ruta alrededor de la ciudad como suele ser habitual muchas veces, la marca de la estrella decidió trasladarnos a un concesionario de la ciudad para, antes de darnos las llaves de los respectivos coches que íbamos a probar en un viaje de unas 2 horas, dejarnos con los dientes largos al enseñarnos, abrirnos y arrancarnos un espectacular Mercedes-Benz SLR McLaren Roadster. Además, también tenían allí un SLS AMG, el ‘alas de gaviota’ moderno.

Pero centrándonos en lo que nos atañe, la firma nos dio a elegir para realizar el trayecto desde Lisboa centro hasta un pueblo cerca de la frontera con España, entre la nueva Clase E, disponible en berlina y en familiar Estate (diésel, gasolina o híbrido enchufable); o el CLE Coupé, tanto en versión diésel como gasolina.

Primero el CLE Coupé

Para la ida nos decantamos por un un CLE Coupé diésel (220 d), un coche que estéticamente afila su silueta y se mantiene como un coupé generoso en proporciones, con sus 4,85 metros de largo y sus 1,86 de ancho. El diseño no varía en exceso con respecto a su antecesor, pero sí mejora y actualiza bastante su aspecto, con unos faros delanteros más estrechos y afilados, un perfil con una línea muy suave y descendente en la zona trasera, unas llantas con nuevos diseños y una zaga que une mediante una pieza los dos pilotos, aunque esta no se ilumina.

El interior está realmente bien pensado, con una clara orientación hacia el conductor pero con todo a mano y visible de manera muy sencilla. El cuadro de instrumentos es digital y tiene un tamaño de 12,3 pulgadas, mientras que la pantalla central está en una posición algo baja y mide 11,9 pulgadas. Además, podemos contar con un Head-Up Display que proyecta sobre el parabrisas elementos como la velocidad, las señales e incluso las indicaciones del navegador, y con un tamaño enorme.

En lo que respecta a su conducción, durante las 2 horas aproximadas que duró el trayecto, la sensación es la de un coche cómodo más que de corte deportivo. Sí, el 220 d, a pesar de ser diésel y de ‘sólo’ tener 197 CV, corre más de lo que dicen esos números, y va realmente bien de dirección, pero echamos de menos algo más de peso en a misma y una suspensión ligeramente más firme, porque ni en el modo Sport se endurecía lo suficiente para un tipo de conducción deportiva. Sin embargo, esto tiene como punto positivo que te comes los kilómetros sin enterarte, porque en las 2 horas que estuvimos a bordo no sentimos ningún tipo de fatiga ni cansancio al volante, y los suelos empedrados tan típicos del país vecino, los filtraba el CLE Coupé con una suavidad que deja en evidencia a muchos SUV del mercado.

También es generoso el espacio interior para ser un coupé, porque midiendo 1,80 como mido yo, en las plazas traseras tenía un espacio correcto para las piernas, aunque es cierto que la cabeza tocaba el techo si te colocas en la postura óptima. El maletero, por su parte, está bien para este tipo de coche: 420 litros.

Por último, una de las cosas que ya no estamos acostumbrados a ver en los coches nuevos que andamos probando todos los días, es eso de mirar al cuadro de instrumentos y ver que la autonomía supera los 1.000 kilómetros. ¡Qué gusto! El promedio que hicimos fue de 6,2 l/100 km, pero tampoco fuimos delicados con el pedal del acelerador. Y no fuimos especialmente lentos… Sabiendo esto, y discutiendo con otros compañeros a la llegada a Évora, sacamos una media en conjunto de unos 5,5 l/100 km.

Clase E y Clase E All Terrain

Tras pasar la noche en Évora y desayunar viendo un CLE Cabrio aparcado que no pudimos probar, tocaba el turno de pasarnos al confort de la Clase E. Sin embargo, Mercedes-Benz tenía reservada una pequeña sorpresa antes de lanzarnos a la carretera a recorrer kilómetros: una prueba off-road con el Clase E All Terrain.

Con su carrocería Estate (familiar), su mecánica híbrida enchufable de 313 CV, protecciones para los bajos, llantas específicas, tracción total, suspensión neumática y una altura libre al suelo que se incrementa en 46 milímetros respecto al Clase E corriente, el All Terrain estaba listo para salir fuera del asfalto. Y el recorrido no era sencillo, de hecho nos pareció bastante exigente para el tipo de coche que era, con agujeros, zanjas y zonas con piedras de gran tamaño que no invitaban a pasar por allí con un Mercedes-Benz. Y todo ello a un ritmo realmente ‘ágil’ por parte del coche liebre.

Sin embargo, pese al barrizal sobre el que íbamos, los agujeros, las zanjas, las piedras y las subidas y bajadas, el Clase E All Terrain ni se inmutó, y dentro encima vas como un señor; cómodo y sin mucho sobresalto. Pero cuando parecía que todo llegaba a su fin, el colofón fue cruzar un río de unos 6 metros de anchura, lleno de piedras y con bastante caudal. Una prueba corta y rápida pero que nos dejó bastante asombrados con las capacidades de coche. Aunque bien sabemos que pocos dueños de un Mercedes-Benz Clase E All Terrain harán semejante barbaridad con su coche, pero bueno…

Ahora sí, tras la breve aventura campera, el Clase E berlina nos esperaba, y esta vez nos decantamos por la versión híbrida enchufable 300 e gasolina, con 313 CV de potencia y una autonomía eléctrica de 118 kilómetros. El empuje extra de la electrificación se nota desde el primer momento, sobre todo en empuje, porque corre que se las pela el Clase E. También es muy interesante el aumento de la autonomía, porque la anterior versión homologaba 57 kilómetros, por lo que la han subido al doble para este Clase E 2024.

El confort interior es excelente, con un aislamiento acústico muy notable, un equipo de sonido que también se beneficia de ello, pues suena realmente bien, unos asientos confortables y con mucho ajuste, y un apartado tecnológico realmente apabullante. Y es que podemos tener el Clase E con un salpicadero plagado de pantallas: el cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, la pantalla central de 14,4 y, justo delante del acompañante, en la zona sobre la guantera, una tercera pantalla donde podremos disfrutar de contenidos multimedia como Youtube o Spotify, así como consultar información del coche. Y si el conductor mira hacia ella, el coche detectará la visión del mismo y oscurecerá la pantalla del acompañante para que este no pueda ver el contenido y mantenga la vista en la carretera.

Como curiosidad tecnológica, también monta una cámara en el centro del salpicadero que mira hacia el habitáculo. Esta es un opcional y permite realizar videollamadas o videoconferencias de trabajo desde el propio coche. Gracias a esto, ya ni conduciendo podrás librarte de las ‘maravillosas’ reuniones en Zoom.

Si a lomos del CLE Coupé los kilómetros se hacían solos, en el Clase E berlina híbrido enchufable esta sensación es aún mayor. Más silencioso (no tiene un motor diésel bajo el capó como el CLE Coupé que llevamos a la ida), con una suspensión neumática que filtra a la perfección los baches, grietas o agujeros de la carretera, una respuesta más directa de su mecánica PHEV, unos asientos realmente cómodos, mayor espacio, la pantalla del acompañante para entretenerte un rato… Eso sí, el consumo fue algo superior; 7,4 l/100 km, y el maletero nos parece escaso para el modelo: 370 litros en este híbrido enchufable (540 litros en los gasolina y diésel).

Ambos modelos están ya disponibles en España, con el CLE Coupé arrancando en 59.900 euros y el Clase E en 63.450 euros.


Source: Coches

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por admin