El volante es el elemento que más se usa de todo el coche, por lo menos de manera directa por los propietarios. El responsable de hacer girar el vehículo hacia donde el conductor quiera es una parte crucial del automóvil, y por ello es muy importante mantenerlo en un estado óptimo para manejarlo. Esta pieza es tan influyente que incluso se podría recibir una multa en España si no se coge de la manera correcta, por lo que no hay que menospreciar su relevancia.
Es crucial tener las dos manos en el volante en todo momento, excepto cuando se deben realizar acciones necesarias para la conducción, como cambiar de marchas. Este constante contacto hace que la grasa de la piel se traspase a la parte superficial de la pieza, lo que hace que se quede pegajoso y no tenga tan buen agarre. Por lo tanto, lo ideal es llevar a cabo una limpieza habitual del mismo para evitar que se acumule una excesiva cantidad de suciedad y otros residuos.
Cómo limpiar el volante del coche
Los volantes de piel o cuero tienden a ser mucho más delicados a la hora de ensuciarse, por lo que es necesario un mantenimiento regular para tenerlos en perfectas condiciones. Para conseguirlo, lo primero que se debe hacer es limpiar todo el habitáculo del coche, ya que de poco sirve dejar sin una mota de polvo el volante si las partículas del interior del vehículo siguen ahí presentes.
Una vez eliminada toda la suciedad, hay que pasar el volante con un cepillo específico para el material del que esté fabricado y así no dañarlo. Después de ese paso ya se pueden empezar a aplicar los productos en él, aunque hay que tomar ciertas precauciones para evitar causar deterioro ni en el material ni en la propia pieza del coche.
Cómo aplicar los productos al limpiar el volante
Lo más importante es no aplicar los diferentes productos de limpieza directamente en el volante, sino que hay que rociarlos sobre un trapo de microfibra. Además, muchos de ellos son específicos tanto para el material como para el interior del vehículo, que son la mejor opción para conseguir dejarlo impoluto y sin ningún tipo de desperfecto.
Si no se quiere comprar un producto especial para ello, hay otras dos opciones que son bastante efectivas: la primera de ellas es el agua con jabón, que consigue resultados en prácticamente todas las superficies, mientras que también se puede limpiar de manera más o menos correcta con toallitas para bebés. Como curiosidad, si se extiende una pequeña cantidad de crema hidratante sobre el volante, se obtendrá un acabado como si estuviese recién salido de fábrica.
Source: Coches