Durante los meses de verano, cuando el calor aprieta, se tiende a evitar vestir de colores oscuros como el negro en las horas de sol intenso para priorizar tonalidades más cercanas al blanco. La lógica detrás de esta técnica para evitar pasar calor es que los colores oscuros tienden a absorber más radiación y, por lo tanto, calor.
Pues lo mismo que sucede con la ropa, sucede con los coches. El RACC recoge los datos de un pequeño experimento en el que se comparan las temperaturas que alcanzan dos coches con carrocerías totalmente opuestas: blanca y negra. Si, de media, un vehículo aparcado al sol puede llegar a alcanzar los 55 grados en el habitáculo mientras fuera hay 35 grados, la carrocería puede marcar una diferencia notable.
Se parte de la base explicada al inicio del texto: los coches con carrocerías pintadas de colores oscuros absorben más radiación solar que los pintados con colores claros y, como consecuencia, los coches negros se calientan más en verano.
Después de haber expuesto dos vehículos totalmente iguales, menos por el color de la carrocería (blanco y negro) y el de la tapicería, a la radiación solar durante una, se ha podido medir una diferencia de casi 20ºC entre el interior de ambos coches. En el habitáculo del coche oscuro se registraron 80 grados centígrados y en el blanco, 63 grados.
El incremento de temperatura sobre la superficie de los vehículos, por otro lado, se produjo de forma progresiva y alcanzó el pico máximo de incremento de la temperatura en los primeros 20 minutos de exposición.
¿A partir de qué temperatura es peligroso estar en el coche?
El Real Automóvil Club de Cataluña avisa de que una exposición continua a temperaturas elevadas puede hacer que «la habilidad del cuerpo de compensar la temperatura corporal se vea afectada». Las consecuencias de la pérdida de esta habilidad pueden llegar a producir mareos y en casos muy extremos, la necesidad de asistencia hospitalaria.
Así, llega un momento en el que permanecer dentro de un vehículo, sea del color que sea, en verano bajo el sol puede ser peligroso. A partir de una temperatura de 40 grados deja de ser aconsejable estar en el interior del coche sin aire acondicionado y esta temperatura se alcanza con solo estar 42 minutos parados bajo el sol, aunque en el exterior la temperatura sea de 25 grados. Igualmente, entrar a un coche que se encuentre a altas temperaturas puede acabar provocando quemaduras en la piel por el roce con la tapicería, aunque hayan pasado solamente 10 minutos desde lo que dejamos aparcado bajo el sol.
Source: Coches