La furgoneta compacta Caddy es el nexo de unión entre la amplísima gama de turismos Volkswagen y la igualmente rica oferta de su rama de vehículos comerciales, que es a la que pertenece.
Mide 4,50 metros de largo, 1,85 de ancho y 1,83 de alto, proporciones que dan mucho juego tanto para el uso comercial como el de ocio, razón por la cual Volkswagen ofrece carrocerías especializadas para cada caso.
La variante Outdoor que hemos probado en esta ocasión tiene una orientación claramente familiar o para el ocio, pero mantiene el sentido práctico que aportan sus dos puertas laterales correderas y múltiples opciones de configuración, con lo que también sirve para el uso profesional o para pasajeros.
Su aspecto poco tiene que ver con la furgoneta más clásica del pasado, fundamentalmente por las líneas suavizadas de la última generación, los nuevos y estilizados paragolpes y tomas de aire en el mismo color de la carrocería, la calandra cerrada o las vistosas ópticas verticales a cada lado del enorme portón en la zaga. La versión Outdoor también se diferencia por las barras en el techo.
La quinta entrega de la Caddy se ha desarrollado sobre la misma plataforma modular MQB que la última generación del Golf, y eso ha permitido que el modelo crezca casi 10 cm de largo y 7 en distancia entre ejes, con lo que el ya de por sí polivalente interior gana muchas posibilidades.
Con cinco plazas de serie, la Caddy para pasajeros puede añadir otras dos pagando 1.005 euros adicionales. En ese caso, los dos asientos de la última fila se pueden abatir o extraer uno a uno, como también los de la segunda fila en caso de necesidad. El sistema de plegado es muy sencillo mediante tiradores, pero pesan lo suyo, sobre todo la sección central de dos asientos.
Maletero de 1.213 litros
Con la configuración de cinco asientos, lo cierto es que queda un enorme maletero de 1.213 litros de formas cuadradas y uniformes en el que cabe una barbaridad de objetos o equipaje. A él se accede por el gran portón trasero, el cual tiene además un amplio ángulo de apertura. Si hay que transportar en el interior una bicicleta, una tabla de surf o una escalera, solo hace falta plegar o extraer el asiento individual de atrás para disponer de hasta 1,9 metros de fondo.
También hay que decir que las plazas traseras son muy espaciosas, como también el espacio a la altura de la cabeza y la anchura. El techo panorámico de serie aporta gran luminosidad al interior.
El puesto de conducción es casi el de un turismo, y el “casi” no viene dado por la calidad o la ergonomía, que en ambos casos están a buen nivel, sino porque hay aún más espacio y pequeños huecos portaobjetos, como en la parte del salpicadero, la consola central y las puertas.
El cuadro digital de serie es analógico, pero opcionalmente se puede disponer del Digital Cockpit configurable que tienen otros modelos como el Golf. El sistema multimedia es también de última generación, con pantalla de 8,25” de serie en la variante Outdoor, y sus funcionalidades y la compatibilidad con smartphones plena, incluso de manera inalámbrica con el sistema Discover Pro opcional con pantalla de 10″.
Motor diésel muy solvente
Esta Caddy está impulsada por un motor diésel TDI turboalimentado de 2 litros y 122 caballos. Es un propulsor que empuja con solvencia y desde abajo, y aunque su mejor rango de funcionamiento está entre 2.000 y 4.500 revoluciones por minuto, a partir de ahí de esa cota sigue estirando y no se viene abajo.
Este motor está asociado a un cambio manual de seis marchas, pero de forma opcional también a uno automático DSG de doble embrague y 7 relaciones como el de la unidad de pruebas (con levas en el volante). Esta opción nos parece un complemento muy aconsejable para este modelo, sobre todo si se usa mucho en entornos urbanos.
Como coche diésel que es, el consumo medio homologado es reducido, con tan solo 5,2 litros a los 100 km, y nosotros hemos llegado a registrar entre 5,8 y 6,5 litros en condiciones de prueba, niveles bastante razonables aunque siempre con el coche sin ocupantes ni carga.
También nos ha llamado mucho la atención el buen comportamiento dinámico de esta Caddy, que de nuevo es muy semejante al de un compacto y no está demasiado penalizado ni por la altura ni por el peso del conjunto. Lo cierto es que al conducir te olvidas de que estás al volante de una furgoneta.
Fruto de la nueva plataforma, otra ventaja de esta generación de la Caddy está en el apartado tecnológico, que admite ayudas a la conducción que antes no podían aplicarse, caso del control de crucero adaptativo, Front Assist con función de frenada de emergencia en ciudad o el asistente de cambio de carril con detector de ángulo muerto, soluciones todas integradas en el paquete Travel Assist desarrollado por la marca.
A este equipamiento de seguridad se unen otros elementos interesantes como los faros LED, las llantas 17 pulgadas, el climatizador bizona, detector de fatiga o el asiento del piloto con ajuste eléctrico.
Si bien al “mundo Caddy” de Volkswagen se puede acceder desde 32.285 euros, esta variante Outdoor con motor 2.0 TDI de 122 caballos está disponible a partir de 37.890 con descuentos y financiación, a lo que habría que añadir 2.410 euros si se opta por la versión automática.
Para lo que ofrece, y cómo lo ofrece, el precio de este modelo es adecuado, sobre teniendo en cuenta que estamos en niveles y tecnología Volkswagen.
FICHA TÉCNICA
Motor: gasolina.
Potencia (kW/CV): 90/122.
Cambio: automático, de 7 velocidades.
Largo (mm): 4.500.
Ancho (mm): 1.855.
Alto (mm): 1.833.
Maletero (litros): 1.213.
Velocidad máxima (km/h): 186.
De 0 a 100 km/h (seg.): 11,4.
Consumo medio (l/100 km): 5,2.
Emisiones CO2 (gr/km): 138.
Precio (euros): 40.300 euros.
Source: Coches