Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los vehículos eléctricos es la insuficiente red de puntos de carga. La imposibilidad de realizar desplazamientos largos debido a la autonomía finita de las baterías de estos vehículos hace de cada viaje un engorro más que un placer.
Pero esto no es así en todas partes. Hay unos pequeños pueblos que, en su lucha por ser sostenibles, no dejan lado la movilidad eléctrica e invitan a que los visiten instalando redes de carga para este tipo de vehículos. Son los smart villages, o pueblos inteligentes.
Este es un proyecto financiado por la Unión Europea, similar al de las smart cities, y estos pueblos inteligentes necesitan, ante todo, mejorar su conectividad y sus infraestructuras y, para ello, precisan unas mejoras logísticas en temas de transporte y de red de carreteras. La instalación de estos puntos de recarga es una de sus soluciones.
Uno de los puntos fuertes de estos smart villages es la capacidad de potenciar el turismo rural, tranquilo y relajado, gracias a su desarrollo inteligente en cuanto a conectividad y servicios tecnológicos. Iberdrola es una de las empresas que ya ha empezado a colaborar con ellos en este aspecto.
El objetivo es hacer los territorios más competitivos y dotarlos de atractivos para que la gente joven quiera volver a ellos. Uno de estos aspectos más llamativos es la gestión inteligente de los recursos y el potenciar el uso de los vehículos eléctricos. Además, estas villas también se conciben como puntos de descanso para los viajeros creando lugares en los que poder recargar la batería del coche al mismo tiempo que la de los pasajeros, que podrán disfrutar del paisaje, gastronomía local e historia de los pueblos de España.
Algunos de estos pueblos inteligentes que están repartidos por España son Alcalá la Real (Jaén), El Gastor (Cádiz), Valverde de Burguillos (Badajoz), Molinaseca (León) y algunas villas de Castellón.
Source: Coches