Durante estos días pasados ha habido que sacar las rasquetas y la cadenas para combatir los efectos del frío en los vehículos. La nieve y el hielo son los de los fenómenos que más consecuencias acarrean en la conducción y el buen estado de los coches. No han faltado las imágenes de conductores que, hacendosos y responsables, quitaban las capas de hielo de los parabrisas de sus automóviles.
Sin embargo, retirar el hielo del parabrisas es un gesto rodeado de malos consejos que pueden provocar desperfectos y daños irreparables. Desde el uso de agua caliente o incluso de sal, una mala práctica y las prisas pueden dañar por completo los cristales del coche.
Sucede igual con la calefacción. Aunque parezca lógico subirse al coche y encender la calefacción a tope para que el hielo acumulado se vaya descongelado, la diferencia térmica puede acabar provocando una raja en el cristal.
Desde la Dirección Genera del Tráfico así lo han señalado. Con menos de 10 grados de temperaturas en el exterior, el parabrisas sufre daño el 80% de las ocasiones que se intenta descongelar así. Su hay menos 5 grados, sucede el 70% y si hay cero, el 60% de las veces.
Por esta misma razón, lo más indicado es retirar el hielo con paciencia, una rasqueta y líquido anticongelante o alcohol. Ser previsor también ayuda, así que colocar un cartón sobre el cristal por la noche, al dejarlo aparcado, evitará que el hielo se agarre. Igualmente, está desaconsejado activar los limpiaparabrisas mientras el cristal todavía está congelado, ya que las escobillas estarán pegadas por el hielo al cristal y pueden romperse.
Source: Coches