Dentro del público general de los aficionados al motor hay una sección de verdaderos amantes de los coches antiguos o clásicos. Hay que reconocer que la estética, las formas y el encanto de los vehículos de época tienen su aquel, pero también traen inconvenientes como el mantenimiento o la limitación de uso.
Antes de enfrentarse a las posibles desventajas de ser propietario de un coche clásico, primero hay que tener claro qué es lo que hemos comprado o de qué tipo de vehículo somos propietarios. Porque la diferencia entre un coche simplemente viejo y un coche clásico puede ser un año de antigüedad (entre otros factores).
Un vehículo antiguo es, simplemente, el que lleva más de 25 años rodando en la calle. Sin embargo, para que sea considerado clásico tiene que tener o cinco años más o la misma antigüedad pero cumplir una de estas dos premisas: ser de colección por alguna característica especial o estar Inventario General de Bienes Muebles de Patrimonio Histórico Español, haber sido declarado de interés cultural, haber pertenecido a alguna personalidad relevante o intervenido en un acontecimiento de trascendencia histórica.
Sin embargo, para que el vehículo sea histórico, tendrán que haber pasado entre 25 y 30 años desde que se fabricó, deberá cumplir una de las premisas señaladas anteriormente y, además, según el reglamento ha de pasar por los siguientes trámites:
-Su inspección en un laboratorio oficial acreditado por la comunidad autónoma donde esté inscrito.
-Que la comunidad emita una resolución favorable a la catalogación del coche como histórico.
-Pasar la Inspección Técnica.
-Ser matriculado como histórico en la Jefatura Provincial de Tráfico que corresponda.
Una vez conseguido superadas todas estas pruebas con éxito, el coche recibirá su nueva matrícula para poder lucirla en cada paseo. Los vehículos históricos cambian su placa por una en la que figuran las siglas VH. Ahora ya solo queda elegir la póliza de seguro más adecuada para este tipo de coches… que no es tarea fácil.
Source: Coches